Este año marca el último del sexenio del presidente Andrés Manuel López Obrador, y ya está claro que prevé que sea uno clave para su legado. Entre sus planes está finalizar grandes proyectos de infraestructura, así como aumentar el efectivo en manos de los ciudadanos, una medida que significará el mayor déficit fiscal desde 1988.
El gobierno empezó el 2024 con una venta récord de 7 mil 500 millones de dólares en bonos soberanos, que además de cubrir el costo de estos proyectos busca proveer más fondos a Pemex. Ya en diciembre, el presidente inauguró el Tren Maya y fue parte de su primer recorrido, aunque el proyecto no está terminado en su totalidad. También lanzó a fin de año la aerolínea estatal Mexicana de Aviación, que todavía no logra el ritmo habitual de pasajeros.
El efectivo en circulación coincide con un periodo que los economistas estiman será positivo, lo cual deja dudas sobre cuál será el impacto de las políticas preelectorales. Según una encuesta de Citi de enero, se espera que el PIB crezca 2.4 por ciento y la inflación termine el año en 4 por ciento, en parte por la demanda tanto de consumidores domésticos como en EU que sigue elevada. “AMLO en su gobierno en la Ciudad de México hizo algo parecido, en sus primeros años no gastó casi nada, en el último año gastó mucho”, dijo Joan Enric Domene Camacho, economista para Oxford Economics.
Pero no es lo único que planea López Obrador para dejar huella. El mandatario anunció que buscará una serie de reformas constitucionales para mejorar condiciones laborales, así como modificar los sistemas judiciales y electorales y, aunque no dio los detalles, una de las propuestas se trata de garantizar incrementos en los salarios de los trabajadores, obligando a gobiernos futuros a subir el salario mínimo por encima de la inflación cada año. Otra de sus ideas garantizaría que los trabajadores reciban pagos de pensiones anuales equivalentes al mismo salario del año de su jubilación. Aún no queda claro cómo se financiaría esta reforma, en la que ha dicho el gobierno pagaría “una parte considerable” del incremento.
Para algunos analistas, es una propuesta que generará riesgos. “No hay espacio fiscal para utilizar más recursos en pensiones. Cuando me preguntan cuándo va a explotar la bomba de pensiones, esperemos que no lo haga, pero ya es un problema, estamos viendo desplazamiento de gasto en sectores súper importantes”, dijo Alejandra Macías, directora ejecutiva del Centro de Investigación Económica y Presupuestaria.
Los analistas consideran que es poco probable que estas medidas avancen antes de la elección, ya que Morena no tiene la mayoría de dos tercios del Congreso que es necesaria para cambiar la Constitución. Por ello, López Obrador podría capitalizar esta falta de apoyo de la oposición para convencer a sus votantes de que los partidos contrincantes representan a élites desconectadas, según analistas de Eurasia. Si luego de la elección Morena suma escaños, podría aparecer una ventana para prosperar con estos proyectos legislativos en 2024.
La época de campaña probablemente implicará una ola de violencia tanto contra candidatos como funcionarios públicos. Las Naciones Unidas estiman que hubo casi 250 asesinatos políticos previo a las elecciones legislativas de 2021. Una repetición de esta violencia podría destacar una de las áreas que más ha criticado Xóchitl Gálvez: un historial de seguridad en el que las desapariciones se han incrementado dramáticamente desde 2018 y los homicidios anuales se han mantenido cerca de niveles récord.
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