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El ‘rematch’ Trump-Biden ‘voltea’ a la frontera: ¿Migración decidirá quién es presidente en EU?

Cómo la ola de cruces fronterizos dio fuerza a Trump, puso a Biden contra la pared y dejó expuesto un sistema de inmigración que ya es obsoleto.

El tema migratorio, irresuelto tanto por demócratas como por republicanos, será clave en elección de EU. (Associated Press)

El alambre de púas en el límite del rancho de Poncho Nevárez en el río Grande fue colocado para ser un elemento disuasorio. En cambio, sólo ha servido para herir y rasgar los cuerpos y las ropas de los desesperados migrantes que se amontonan para llegar a Eagle Pass, en Texas.

En su opinión, la valla, instalada en la orilla del río por la Guardia Nacional, es una barbaridad y en gran medida ineficaz. Igual de inútil que gran parte de las otras medidas de control fronterizo que han aparecido alrededor de sus 200 hectáreas: presencia de la policía estatal, helicópteros, drones y boyas fluviales. “Nada de esto resuelve el problema”, dijo Nevárez, un ex legislador estatal demócrata, mientras apunta a montañas de ropa, pañales y otros desechos que han dejado los migrantes en su propiedad.

El fenómeno migratorio en la frontera con México se ha convertido en un tema decisivo para las elecciones presidenciales de Estados Unidos de 2024. Según una encuesta realizada por Bloomberg News y Morning Consult, la inmigración es el segundo tema más importante para los votantes, después de la economía. Y los caóticos retrasos en los tribunales para procesar las solicitudes migratorias —en diciembre hubo un récord de 10 mil personas al día cruzando la frontera sur—, han expuesto cómo este obsoleto, desfinanciado y opaco sistema judicial estadounidense está a punto de reventar. “Este tema va a decidir quién se convierte en presidente”, asegura Nevárez.

Donald Trump ha hecho de la frontera su tema favorito. Ha dicho a los agentes fronterizos que están “en guerra”. También ha tomado prestada la retórica de grupos nacionalistas blancos al advertir un “envenenamiento” de la sangre de la nación.

El presidente Joe Biden está a la defensiva. Alega que tiene las manos atadas si el Congreso no actúa para cambiar las leyes. Pero no fue Trump el más eficaz al forzar la mano a Biden en este tema. Fue el gobernador —también republicano— de Texas, Greg Abbott.

Greg Abbott y su plan para contener la migración

A principios de 2022, a medida que subía la migración pospandémica, los republicanos en Texas exigían medidas federales. Abbott escuchó a alcaldes, jueces de condado y jefes de policía hablar de comunidades desbordadas por migrantes que habían sido llevados allí por la Patrulla Fronteriza. “Dijeron que no podían soportarlo más”, declaró Abbott en una entrevista. “Les dije que les ayudaría”.


Así que Abbot y sus ayudantes idearon un plan para contratar autobuses para los migrantes que quisieran ir a las “ciudades santuario” demócratas. El primer autobús llevó a personas de Colombia, Cuba, Venezuela y Nicaragua cerca del Capitolio. Después, otros llegaron a Nueva York, Chicago, Filadelfia, Denver y Los Ángeles.

Otras autoridades fronterizas, como los gobernadores de Florida y Arizona, adoptaron medidas similares. A principios de marzo, Texas había expulsado en autobús a más de 105 mil personas. “Cada estado es ahora un estado fronterizo, cada ciudad es ahora una ciudad fronteriza”, dijo Trump hace unas semanas durante un discurso de campaña en Michigan.

De un momento a otro, estos inmigrantes —muchos de ellos en situación de pobreza, sin permiso para trabajar y poco preparados para los fríos inviernos— abandonados a su suerte en las puertas de bastiones demócratas, motivaron la discusión política desde Nueva York hasta Chicago. Incluso ciudades dirigidas por demócratas, como Denver, pagaron por llevar a los inmigrantes a otros destinos.

La contralora de Illinois, la demócrata Susana Mendoza, criticó el transporte en autobús de Abbott por inhumano, pero dijo que es eficaz para abrir una brecha entre los funcionarios locales y federales. “Desde un punto de vista político, es una medida genial”, dijo.

Paradójicamente, los autobuses también atrajeron a algunos inmigrantes a su llegada a Texas. Aunque muchos organizaron su propio transporte a otras partes del país, otros se enteraron de que podían conseguir un viaje gratis, según Valeria Wheeler, directora ejecutiva de Mission: Border Hope en Eagle Pass, que proporciona refugio temporal a los migrantes antes de que sigan su camino.

“En cuanto entran a nuestra oficina, dicen: ‘Queremos ir a los autobuses gratuitos’”, explica. Estos “ayudan a muchos solicitantes de asilo a seguir adelante e ir a su destino final o a otros lugares”.

Eagle Pass, Texas, el punto clave para los cruces

El lugar en donde las personas tratan de ingresar a Estados Unidos está influenciado por una serie de factores, como la actividad de los cárteles, la aplicación de la ley en EU, los niveles de agua en el Río Grande y los consejos que se publican en las redes sociales. Pero un lugar se destacó el año pasado como un punto álgido para los cruces: Eagle Pass, una ciudad de 30 mil habitantes en el condado de Maverick, anteriormente más conocida fuera de Texas como escenario de la novela No es país para viejos, de Cormac McCarthy.

Del lado mexicano del río está Piedras Negras, la ciudad en la que se dice que nacieron los nachos.

La concejala Mónica Cruz, quien también es agente inmobiliaria, lamenta que la ciudad esté tan fuertemente vinculada a la inmigración ilegal. “Soñábamos con que la gente supiera dónde estaba Eagle Pass”, dijo Cruz. “No queremos una idea equivocada, ni mala atención”.

Abbott respondió a la oleada con el envío de policías estatales y la Guardia Nacional, y han hecho una demostración de fuerza. Un parque de la ciudad junto al río Grande está rodeado de alambre de púas y contenedores de transporte. Tropas camufladas patrullan la zona con rifles. En las inmediaciones hay estacionados helicópteros y humvees.

Operación Lone Star, la barrera

El espectáculo forma parte de la iniciativa de seguridad fronteriza de 11 mil millones de dólares de Abbott, la Operación Lone Star, que, según las autoridades, ha permitido 500 mil detenciones en todo el estado y más de 40 mil arrestos de delincuentes.

El teniente Christopher Olivarez, portavoz del Departamento de Seguridad Pública, señala que las llegadas a Eagle Pass se han reducido a una media de unos cientos al día este año, frente a los 2 mil de finales del año pasado. Pero reconoce que hay un aspecto de juego de azar en el esfuerzo, con una mayor aplicación de la ley en una parte de la frontera a menudo empujando a los migrantes a unos pocos kilómetros río abajo, o a lugares más lejanos como El Paso, Arizona o California.

“Con estas barreras podemos asegurar una zona”, explica. El objetivo “es tratar de evitar que la gente ponga siquiera un pie en ese río”.

A medida que se acerca la votación en noviembre, crece la presión en Washington para frenar la oleada de recién llegados. Biden ha endurecido su postura en los últimos meses. Trump llegó a la presidencia en parte gracias a su promesa de construir un muro fronterizo, y los inmigrantes han sido durante mucho tiempo uno de los blancos de sus discursos más incendiarios. Ahora, su tercera campaña se centra en el asunto.

“Esto es una invasión de Joe Biden”, dijo Trump el mes pasado en Eagle Pass.

Trump también enfrentó oleadas migratorias durante su presidencia. Hubo casi un millón de “encuentros” de migrantes en la frontera suroeste —algunos fueron capturados más de una vez— en el año fiscal 2019. Eso fue casi el doble que el año anterior, y se ha más que duplicado desde entonces, con 2.5 millones de encuentros en el año fiscal 2023.

Los encuentros con inmigrantes a lo largo de la frontera con México alcanzaron un récord en diciembre, superando por primera vez los 300 mil, antes de caer a 175 mil en enero y 190 mil en febrero. Por lo general, son más bajos en los meses de invierno y más altos en otoño, justo alrededor de las elecciones.

Los republicanos han advertido que los malos actores pueden entrar fácilmente y a menudo intentan vincular el aumento de la inmigración con la delincuencia a pesar de investigaciones que muestran que los inmigrantes tienen menos probabilidades de cometer delitos que los ciudadanos nativos. El Partido Republicano se ha centrado particularmente en el caso de Laken Riley, una estudiante de enfermería de Georgia que, según la policía, fue asesinada en febrero por un venezolano que ingresó ilegalmente en el país pero estaba en libertad condicional.

Si bien la mayoría de los narcóticos ingresan a través de puertos oficiales, una frontera porosa también facilita el contrabando de drogas. Las operaciones fronterizas de Texas han incautado 469 millones de dosis letales de fentanilo, según la oficina del gobernador.

Muchos migrantes son también víctimas de delitos, a menudo extorsionados durante su viaje y obligados a pagar a las bandas para llegar con seguridad a la frontera. Olivarez dijo que la aplicación de la ley en Texas se centra en la actividad ilegal, aunque es difícil separar completamente eso del problema más amplio de los cruces. Las pandillas se aprovechan de los desvíos provocados por los migrantes para contrabandear drogas, dinero o armas.

“Cuando se produce una afluencia de personas, se agotan todos los recursos de que disponemos a lo largo de la frontera”, afirma. Así que los cárteles “explotarán más zonas”.

¿Por qué aumenta la inmigración?

Varios factores explican el aumento en la migración en el mundo, como las repercusiones económicas de la pandemia y la situación en países como Venezuela y Ecuador. Antes, la mayoría de las personas provenía de México y Centroamérica, pero ahora vienen de todo el mundo. Analistas afirman que las cifras se han disparado por la creencia generalizada de que ahora es bastante fácil cruzar la frontera estadounidense y conseguir papeles para empezar una nueva vida mientras esperan la resolución de sus casos en los tribunales.

Los inmigrantes que se entregan a la Patrulla Fronteriza son en su mayoría solicitantes de asilo, y parte del reto consiste en evaluar quién cumple los criterios, unos criterios que Biden quiere que sean más estrictos. Clasificar las solicitudes es a menudo una cuestión de tonos grises de desesperación.

Ángel Feliz, de 41 años, dijo que salió de la República Dominicana a mediados de febrero con su esposa y su hijo de 5 años. Tras llegar a México, cruzaron el río Grande el 9 de marzo y se entregaron a las autoridades estadounidenses en Eagle Pass. Dijo que había concertado una cita para solicitar asilo y que esperaba reunirse con familiares en Florida tras una breve estancia en Mission: Border Hope.

“Ya voy avanzando en edad y no quisiera que mi hijo pase lo que yo pasé allá, que tenía que trabajar muy duro y por poca plata”, dijo el ex valet parking y conserje en una clínica. “Pensamos que podemos hallar un mejor futuro aquí, y más para el niño”.

Al comenzar su presidencia, Biden propuso un proyecto de ley de inmigración que habría creado una vía a la ciudadanía para los adultos jóvenes que fueron llevados a EU cuando eran niños. Para atraer el apoyo de los demócratas, también alentaría la inmigración legal. Para los republicanos, imponía restricciones fronterizas. Pero al igual que todas las iniciativas anteriores, no llegó a ninguna parte.

Durante su presidencia, las competencias para expulsar personas han cambiado. El Título 42, un decreto sanitario relacionado con la pandemia que tanto él como Trump utilizaron para expulsar a las personas, expiró en mayo de 2023. En los 11 meses transcurridos desde entonces, con los cruces fronterizos en niveles récord o cerca de ellos, Biden ha deportado a 630 mil personas, más que cualquier otro año prepandémico bajo el mandato de Trump.

La crisis provocó frenéticas conversaciones entre los legisladores a finales de 2023, que finalmente desembocaron en un acuerdo bipartidista en el Senado. Fue un gran avance tras años de intentos fallidos e incluyó a miles de millones en nuevos fondos para la aplicación de la ley.

Pero el proyecto de ley se derrumbó rápidamente bajo la presión de Trump, quien dijo que no quería dar a Biden una victoria en un año electoral. Biden intenta ahora hacer campaña con la idea de que tenía un plan para apuntalar la frontera, pero que fue frustrado por los republicanos.

“Podemos pelearnos por arreglar la frontera, o podemos arreglarla”, dijo en su discurso del Estado de la Unión. “Envíenme ya el proyecto de ley sobre la frontera”.

Esa táctica pareció ser eficaz para Tom Suozzi, quien ganó unas elecciones especiales para un escaño en la Cámara de Representantes de Estados Unidos en los suburbios de Nueva York el mes pasado.

Pero los defensores de la inmigración han advertido de que la repentina disposición de Biden a promulgar medidas fronterizas más duras —aunque concebidas para hacer frente a una debilidad política— también podría costarle votos.

Cruz, la concejala de Eagle Pass, afirma que la ciudad necesita ayuda constante, no grandilocuencia política. Se dice harta de que los políticos nacionales lleguen a Eagle Pass a dar discursos, pero sin ayudar realmente. “Vienen, se hacen una foto y se van”, afirma. “Es una crisis humanitaria; quiero decir, no hay otra forma de explicarlo”. Tiene la esperanza de que la crisis acabe conduciendo a una revisión de las leyes de inmigración estadounidenses que ponga las cosas bajo control. “Sinceramente y de verdad creo que es una puerta abierta para cambiar cosas que no se han cambiado en años”, dijo.

Nevárez, el propietario del rancho, conoce bien la política. Un exlegislador demócrata en la Cámara de Representantes de Texas que ahora está sobrio después de haber sido sorprendido con cocaína en 2019, está consternado por las tácticas republicanas de línea dura y desilusionado por la incapacidad de su propio partido para ofrecer una alternativa.

El 19 de marzo, tropas de la Guardia Nacional regresaron a su rancho y, a petición suya, cortaron todo el alambre de púas.

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