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Game Changer: Adrián Pérez, el ‘hombre topo’

Desde 1985, los Topos han sido un símbolo para los mexicanos y han viajado por el mundo ayudando en los peores desastres. Adrián Pérez es uno de sus fundadores.

Hace 32 años surgió un grupo de la sociedad civil que, con herramientas improvisadas y creatividad para trabajar con "lo que había", enfrentó los desastres del terremoto de 1985 en la Ciudad de México.

Adrián Pérez González fue parte de ese equipo original; ahora dirige a toda una brigada de 'hombres topo'.


Un año después del histórico terremoto se consolidó la brigada que ahora conocemos, "pasó de ser sociedad civil organizada a sociedad civil organizada especializada", explica el también ingeniero. Se formó un equipo de rescate que cambió la improvisación por la precisión y un conocimiento casi inigualable en el manejo de desastres y rescate de personas.


Esa es la principal diferencia entre el sismo con el que nacieron los Topos y el que ahora enfrentan los hombres y mujeres que se han consagrado en el grupo después de tres años de exhaustivo entrenamiento.

Si bien se necesita un carácter fuerte para enfrentar una y otra vez la muerte ajena (y probablemente la propia), "un topo nunca deja de tener miedo", asegura el hombre de 56 años quien, con vista cansada tras estar despierto por 39 horas tras el sismo de 19 de septiembre, revisa las herramientas que se utilizarán para retomar el rescate.

"Una pérdida representa una tristeza, pero sabes que buscas a alguien, vivo o muerto, pero su familia lo espera. Cuando lo entregas, pues dices: 'ahí están las personas con un peso menos en su vida' después de esta tragedia", explica.

Pérez González —quien ha ayudado a rescatar personas en sitios tan lejanos como Indonesia y Nepal— asegura que ser un topo no representa un trabajo, sigue siendo un acto de voluntariado, "el mejor" porque permite actuar sin esperar nada a cambio.

"Si bien es cierto que hay pocas formas de poseer valores, trascendentes o temporales, el dar sin esperar el fruto en acción es uno de ellos. Y yo creo que en la brigada ese es nuestro objetivo, dar sin esperar nada a cambio", afirma.

Él, quien en 1985 tenía 24 años y era estudiante de ingeniería civil, asegura que ahora la sociedad trabaja con más conocimiento: hay especialistas de cuerda, en rescate, en estructuras colapsadas y hay quienes saben entrenar a un perro para búsqueda y rescate... "Cuando deseas ser topo, se te considera como un aspirante y en un año se te comienzan a dar materias o actividades que van relacionadas con la especialidad", detalla.

Brigada de Rescate Topos es el nombre oficial, sin embargo, Pérez González comenta que el nombre surgió por los medios de comunicación, porque hace 32 años decían: "los hombres topo que se meten debajo de la tierra, en los escombros y buscan a las víctimas", en ese entonces en las brigadas había mineros y gente que hacía espeleología, por lo cual adoptaron el nombre con gusto.

Ahora esos hombres y mujeres vestidos de rojo y azul dejan por un momento sus actividades normales, sus trabajos, sus familias, sus angustias, para buscar a las víctimas de cualquier desastre natural, como el que colapsó a la Ciudad de México como no había sucedido hace 32 años, cuando surgió esta brigada social, cuando Pérez González se volvió un topo.

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