Cuando el expresidente de Estados Unidos, Donald Trump, contrajo COVID-19 en octubre de 2020 el mundo era muy diferente a hoy, día en que la Casa Blanca anunció que el mandatario Joe Biden contrajo la enfermedad.
Los científicos en la administración de Trump aún buscaban las mejores maneras de tratar la enfermedad, cuando las tasas de gravedad y muerte eran mucho más altas. El entonces presidente recibió la atención de más alto nivel que cualquier estadounidense pudiera esperar.
Los médicos incluyeron un cóctel de anticuerpos monoclonales experimentales de Regeneron Pharmaceuticals Inc. En el Centro Médico Militar Nacional Walter Reed, donde estuvo hospitalizado durante tres noches, Trump también recibió el esteroide dexametasona y el antiviral remdesivir de Gilead Sciences Inc.
Hasta ahora, el tratamiento de Biden ha sido un asunto mucho más sencillo. Se encuentra aislado mientras continúa trabajando desde la Casa Blanca y tomando la píldora antiviral Paxlovid de Pfizer Inc., un tratamiento estándar para pacientes de mayor riesgo. Su esposa dijo que estaba bien.
Las diferentes terapias reflejan el curso evolutivo del virus y las contramedidas médicas contra él. Antes, cuando Trump se enfermó, no había vacunas ni píldoras autorizadas por la FDA. Las versiones anteriores que se difundieron en ese momento se asociaron con tasas más altas de complicaciones graves.
“Trump no estaba vacunado, y eso fue en la era anterior a la vacuna”, dijo el especialista en enfermedades infecciosas Amesh Adalja, académico principal del Centro Johns Hopkins para la Seguridad de la Salud.
Las subvariantes de omicron que se están extendiendo ahora, como BA.5, son altamente infecciosas pero tienden a causar infecciones más leves con tasas de mortalidad significativamente más bajas.
Además, Biden recibió cuatro dosis de la vacuna y goza de buena salud en general para su edad, 79 años. El tratamiento de cinco días de Paxlovid se ha convertido en el tratamiento de referencia para mantener a los pacientes de alto riesgo fuera del hospital, a pesar de los informes de que algunos ocasionalmente experimentan un rebote temporal en los síntomas o resultados positivos en las pruebas.
Anthony Fauci, el principal asesor médico de Biden, de 81 años, experimentó una reanudación de los síntomas de COVID después de recibir Paxlovid y finalmente se recuperó.
Mientras tanto, la dexametasona se usa principalmente en pacientes hospitalizados gravemente enfermos. Remdesivir todavía se usa ampliamente en hospitales y también ha sido autorizado para el tratamiento ambulatorio.
En teoría, Biden también podría obtener bebtelovimab de Eli Lilly & Co., un anticuerpo monoclonal que retiene la actividad contra subvariantes como BA.5. Sin embargo, los datos que lo respaldan en combinación con Paxlovid son limitados, y la combinación podría ser “de beneficio marginal” en alguien como Biden que ha sido ampliamente vacunado, dice Adalja.
Con COVID-19, como otros virus respiratorios, “la clave es ser tratado temprano”, dice Mohammad Mahdee Sobhanie, médico de enfermedades infecciosas en el Centro Médico Wexner de la Universidad Estatal de Ohio.
Las personas como Biden, que están bien vacunadas y son diagnosticadas y tratadas de inmediato, “van a tener muchas más posibilidades de evitar hospitalizaciones y otras complicaciones graves”, dice.