El economista Nouriel Roubini, conocido también como ‘Dr. Desastre’ que pronosticó correctamente la crisis financiera de 2008, prevé una recesión “larga y desagradable” en Estados Unidos, que ocurriría a nivel global a finales de 2022 y duraría todo el 2023, y una fuerte corrección en el S&P 500.
“Incluso en una recesión normal, el S&P 500 puede caer un 30 por ciento”, dijo Roubini, presidente y director ejecutivo de Roubini Macro Associates, en una entrevista. En “un aterrizaje forzoso real”, que él anticipa, podría caer un 40 por ciento.
Roubini, cuya visión sobre el desplome de la burbuja inmobiliaria de 2007 a 2008 le valió el apodo de Dr. Doom, dijo que aquellos que prevén una recesión superficial en Estados Unidos deberían observar los altos ratios de deuda de las corporaciones y los Gobiernos.
A medida que suben las tasas y los costos del servicio de la deuda, “muchas instituciones zombis, hogares zombis, corporaciones, bancos, bancos en la sombra y países zombis van a morir”, indicó.
Roubini, que ha advertido a través de mercados alcistas y bajistas que los niveles de deuda global arrastrarán a las acciones, dijo que lograr una tasa de inflación del 2 por ciento sin un aterrizaje forzoso será una “misión imposible” para la Reserva Federal. Prevé un aumento de la tasa de 75 puntos básicos en la reunión actual y 50 puntos básicos tanto en noviembre como en diciembre. Eso llevaría a la tasa de fondos federales a fin de año a una posición de entre 4 y 4.25 por ciento.
Sin embargo, la inflación persistente, especialmente en los salarios y el sector de servicios, significará que la Fed “probablemente no tendrá otra opción” que subir más, dijo.
Además de eso, los impactos negativos en el suministro provenientes de la pandemia, el conflicto entre Rusia y Ucrania y la política de tolerancia cero al COVID de China generarán costos más altos y un menor crecimiento económico.
Esto dificultará el objetivo actual de la Fed conocido como “recesión de crecimiento”, un período prolongado de escaso crecimiento y aumento del desempleo para frenar la inflación.
Una vez que el mundo entre en recesión, Roubini no prevé remedios de estímulo fiscal. La alta inflación también significaría que “si aplica un estímulo fiscal, está sobrecalentando la demanda agregada”.
Como resultado, Roubini anticipa una estanflación como en la década de 1970 y una enorme angustia por la deuda como en la crisis financiera mundial.
“No va a ser una recesión corta y superficial, va a ser fuerte, larga y desagradable”, dijo.