Durante más de un mes, Shane Anthony, un mecánico de automóviles de 57 años, no ha podido conseguir su medicación para la diabetes.
Ozempic, una inyección que mantiene bajo control los niveles de azúcar en la sangre de los pacientes con diabetes tipo 2, ha estado escasa durante unos cuatro meses, según la base de datos de la Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA, por sus siglas en inglés) de Estados Unidos y está pendiente de pedido en la farmacia de Anthony en Seattle. Sin la prescripción fabricada por Novo Nordisk A/S, ha sufrido mareos recurrentes mientras repara automóviles. Los medicamentos alternativos están agotados o no los cubre su seguro.
Si bien el aumento de la demanda y los retrasos de la cadena de suministro han provocado escasez de múltiples fármacos, desde el antibiótico amoxicilina hasta el Adderall, la razón del desabasto de ciertos medicamentos para la diabetes es inusual: los médicos los recetan a personas no diabéticas que desean usarlos para perder peso.
“Todas estas personas famosas que no necesitan perder peso, van y lo consiguen”, dijo Anthony. “Yo lo necesito para mantenerme saludable y no morir”.
Para los más de 35 millones de personas que viven con diabetes tipo 2, la escasez representa un obstáculo más en el manejo de una enfermedad crónica ya complicada y costosa. También ha expuesto las debilidades de la prescripción médica no autorizada en Estados Unidos, que permite a los médicos distribuir medicamentos para tratar una afección diferente a la que fueron aprobados oficialmente. Cuando esos fármacos son difíciles de encontrar debido a las celebridades y las redes sociales, los pacientes con diabetes sufren.
¿Qué es Ozempic?
Ozempic, conocido genéricamente como semaglutida, pertenece a una clase de medicamentos para la diabetes conocidos como agonistas del receptor GLP-1 que existen desde hace casi dos décadas. En 2017 fue aprobado por primera vez en Estados Unidos para su uso en personas con diabetes tipo 2.
Ozempic imita una hormona involucrada en el apetito y la alimentación, lo que ayuda a estimular la producción de insulina y reduce los niveles de glucosa en sangre de los pacientes. También a menudo los lleva a perder kilos.
Francisco Prieto, médico familiar en Sacramento, California, atiende al menos a una persona con diabetes por semana que tiene problemas para surtir su receta de Ozempic. Los pacientes llaman a varias farmacias y conducen por la ciudad para ver si hay existencias, pero algunos aún no han logrado obtenerlo, dijo Prieto, quien también realiza trabajo de apoyo para la Asociación Estadounidense de Diabetes.
Recientemente, uno de los pacientes de Prieto experimentó un retraso de tres semanas para obtener una receta de Trulicity, un medicamento similar para la diabetes tipo 2 que también experimenta una mayor demanda dado su uso para la pérdida de peso. Prieto prescribió una dosis más baja y recomendó que el paciente tomara dos inyecciones a la semana. Describió la medida como “menos que ideal, pero mejor que nada”.
Sin sus medicamentos, los pacientes con diabetes corren un mayor riesgo de tener enfermedades cardíacas, ataques cardíacos, infecciones como COVID, discapacidad e incluso la muerte, dijo Prieto. Y si bien obtener un medicamento diferente puede ser una opción, este puede presentar nuevos obstáculos, incluida la cobertura de seguro y un control más estricto en caso de que la alternativa no funcione tan bien.
Tanto los usuarios nuevos como los establecidos de Ozempic se ven afectados por interrupciones periódicas del suministro. Un representante del fabricante Novo Nordisk dijo en un comunicado que se espera que los problemas continúen hasta enero. La compañía citó una “demanda increíble” y limitaciones de capacidad a corto plazo en algunas fábricas, agregó que la compañía está invirtiendo en hacer crecer la fabricación.
Hay dosis más altas de Ozempic disponibles que normalmente no se administran a nuevos pacientes, y los otros medicamentos GLP-1 de Novo para la diabetes no son escasos, aunque puede haber demoras normales en las farmacias, dijo la compañía. En una presentación de ganancias en noviembre, Novo dijo que sus ventas, medidas en coronas danesas, crecieron un 26 por ciento en los primeros nueve meses del año, en gran parte debido a una mayor demanda de Ozempic y otros medicamentos para la diabetes.
Trulicity y Mounjaro de Eli Lilly, ambos aprobados para tratar la diabetes tipo 2, también están experimentando una demanda que ha provocado atraso en los pedidos de algunas dosis en las farmacias, dijo una portavoz de Lilly.
Los medicamentos fueron catalogados como escasos por la FDA el jueves. Lilly no tiene problemas de cadena de suministro o de fabricación, aunque la compañía está trabajando para duplicar la capacidad de fabricación de la categoría para fines del próximo año, dijo la portavoz.
Aunque la prescripción médica fuera de lo indicado es común y legal en Estados Unidos, esta ha creado problemas durante mucho tiempo. En los primeros meses de la pandemia de COVID-19, por ejemplo, la gente tomó un medicamento no aprobado llamado hidroxicloroquina, que pensaban ayudaba con el virus. Eso creó escasez para los pacientes que lo toman para tratar el lupus y la artritis.
Ozempic es un buen candidato para el uso fuera de lo indicado en el tratamiento de la obesidad, que también se considera una enfermedad y puede aumentar el riesgo de padecer otras afecciones: los anuncios oficiales del medicamento dicen que los pacientes pierden en promedio hasta 6 kilos cuando lo toman.
¿Cómo se viralizó el medicamento Ozempic en TikTok?
En TikTok, algunos videos con el hashtag Ozempic han tenido más de un millón de reproducciones. Los spas médicos ofrecen la prescripción junto con inyecciones de Botox y depilación láser. Los anuncios patrocinados en Google prometen perder peso sin necesidad de hacer ejercicio ni hacer dieta. Una cirujana plástica se jacta en Facebook de haber usado el medicamento para perder los cinco kilos que ganó durante la pandemia.
La FDA no regula este tipo de recetas. Eso significa que muchas decisiones sobre qué hacer dependen de los individuos.
“¿Qué enfermedad es la más aguda y la más grave? ¿Cuál tiene alternativas? ¿Qué tan adecuadas son esas alternativas?” dijo Holly Fernandez Lynch, profesora asistente de ética médica y derecho en la Universidad de Pensilvania. “Este es el tipo de preguntas que lo ayudarían a determinar qué pacientes deberían tener acceso prioritario”.
Fernández Lynch dijo que un juicio dependería del caso individual. Pero aquellos que solo quieren perder algunas libras no deben tomar un recurso escaso que otra persona necesita, dijo.
En Seattle, Anthony recientemente pudo obtener un medicamento alternativo para la diabetes. Es un tratamiento mucho más antiguo que requiere inyecciones dos veces al día antes de las comidas, algo en lo que no tenía que pensar con Ozempic y que ahora lo encuentra desafiante. Es demasiado pronto para saber qué tan bien le funcionará. También recibió una carta que decía que a partir de febrero, su farmacia necesitará un diagnóstico oficial de diabetes tipo 2 para surtir una receta de Ozempic.
Prieto, el médico de familia, dijo que sus pacientes están asustados y alarmados por la escasez, especialmente si el medicamento realmente ha ayudado a mejorar su salud.
“En este momento, la diabetes es el mayor peligro, por lo que esas personas son quienes tienen una mayor necesidad del medicamento”, dijo.