Para los políticos de Washington y Nueva York, el flujo de solicitantes de asilo representa un problema intratable sin respuestas fáciles; sin embargo, empresas como Tyson Foods, que lucha por cubrir puestos de trabajo con una tasa de desempleo estadounidense del 3.9 por ciento, los migrantes presentan una oportunidad.
Tyson se une a la organización sin fines de lucro Tent Partnership for Refugees —fundada por el magnate del yogur Chobani, Hamdi Ulukaya— con un plan para contratar a algunos de los 181 mil 400 inmigrantes que han pasado por el sistema de admisión de Nueva York en los últimos dos años. La empresa cárninca ya emplea a unos 42 mil inmigrantes entre su fuerza laboral estadounidense de 120 mil personas.
“Nos gustaría emplear a otros 42 mil si pudiéramos encontrarlos”, dijo Garrett Dolan, que dirige los esfuerzos de Tyson para eliminar barreras laborales como el estatus migratorio o la necesidad de cuidado infantil y guarderías.
El mes pasado, funcionarios de Tyson se reunieron con inmigrantes en las oficinas de Chobani en Manhattan y contrataron a 17 solicitantes de asilo procedentes de Venezuela, México y Colombia para trabajos en su planta en Humboldt, Tennessee. La semana pasada contrató a 70 más.
Esta acción podría indicar el camino hacia una solución parcial para abordar la escasez de mano de obra en las empresas, así como el desafío de encontrar trabajo para los inmigrantes elegibles. Tent también está trabajando con otras cuatro empresas que buscan contratar inmigrantes, entre ellas la empresa de envasado de alimentos para aerolíneas Gategroup Holding AG, respaldada por el fondo de inversión de Singapur Temasek. Bloomberg LP, la empresa matriz de Bloomberg News, se ha asociado con Tent para apoyar a las poblaciones de refugiados.
Los solicitantes de asilo suelen tener derecho a recibir permisos de trabajo 180 días después de solicitar el estatuto jurídico, aunque algunos pueden recibirlos antes. Muchos esperarán años antes de recibir su primer permiso de inmigración.
Tyson busca constantemente trabajadores para cubrir puestos de trabajo en sus fábricas, en tareas como lavar la carne, colocar los cortes en bandejas y hacer una inspección final en busca de huesos. Dolan afirma que la empresa prevé que alrededor del 40 por ciento de las 100 mil personas que desempeñan estas funciones se marcharán cada año, una estadística que, según él, es habitual en toda la industria cárnica. Para satisfacer esta necesidad, dijo, Tyson planea contratar a unas 52 mil personas en esa clase salarial —que comienza en 16.50 dólares la hora, más beneficios— solo en 2024.
“Estamos llegando a la conclusión de que serán pocos los estadounidenses que trabajen en empleos de mano de obra-fabricación”, dijo Dolan. Una gran parte de las nuevas contrataciones “procederán de refugiados e inmigrantes, por lo que ahora nos dedicamos a pensar estratégicamente en ello”.
La industria alimentaria ha sido durante mucho tiempo un destino para los inmigrantes, y arrastra un accidentado pasado de infracciones laborales y de seguridad en el lugar de trabajo. El año pasado, Tyson y Perdue Farms estuvieron entre los productores de alimentos investigados por el Departamento de Trabajo de EU después de que un informe del New York Times descubriera que contratistas empleaban ilegalmente a niños inmigrantes en las plantas de las empresas. La empresa afirma que tiene tolerancia cero con el trabajo infantil y no permite el empleo de menores de 18 años en ninguna de sus instalaciones.
Tyson también está invirtiendo en retener a los trabajadores inmigrantes, habiendo destinado 1.5 millones de dólares al año a servicios de asistencia jurídica en 2023 y 2024 y proporcionando tiempo libre remunerado para que los trabajadores asistan a las vistas judiciales. El año pasado, Tyson pagó a mil 317 trabajadores para que obtuvieran la nacionalidad estadounidense.
Los inmigrantes contratados y otros nuevos trabajadores reciben servicios de guardería y transporte, así como clases de inglés para quienes lo deseen. La empresa proporciona a sus nuevos empleados de Nueva York alojamiento temporal, un estipendio de traslado y tiempo libre remunerado para que se aclimaten mejor a su nueva vida en Humboldt.
“Son muy, muy leales”, dice Dolan. “Han sufrido un desarraigo y lo que quieren es estabilidad; lo que quieren es un sentimiento de pertenencia”.