Los reguladores de Estados Unidos y Europa han puesto ‘bajo la lupa’ a Apple, desconcertando a los inversores con temores sobre multas y amenazando su dominio del mercado.
El Departamento de Justicia y 16 fiscales generales de Estados Unidos demandaron al fabricante del iPhone por violar las leyes antimonopolio. Y en Europa, se dice que la compañía enfrenta investigaciones sobre si cumple con la Ley de Mercados Digitales de la región.
Las acciones de la compañía cayeron 4.1 por ciento, este jueves 22 de marzo, borrando alrededor de 113 mil millones de dólares en valor de mercado y llevando su pérdida en lo que va del año al 11 por ciento. Apple, que alguna vez fue la empresa más valiosa del mundo con más de 3 billones de dólares, ha tenido un desempeño inferior tanto al Nasdaq 100 como al S&P 500 en lo que va del año.
No es la primera vez que Apple está bajo indagatorias regulatorias. La empresa y sus pares han enfrentado durante años acusaciones de enriquecerse mediante la supresión de competidores. Pero a medida que los productos de Apple se han vuelto cada vez más populares y se han establecido como parte de la vida diaria en todo el mundo, las autoridades también se han vuelto más combativas y cautelosas con respecto a su poder.
La demanda estadounidense, que se presentó en un tribunal federal de Nueva Jersey, acusa a Apple de impedir que sus rivales accedan a funciones de hardware y software de sus dispositivos populares. Las posibles investigaciones en Europa, que también apuntan a algunos de los rivales de Apple, se centrarán en las nuevas tarifas, términos y condiciones de la empresa para los desarrolladores de tiendas de aplicaciones.
“Llega un punto en el que la avalancha de casos y el escrutinio que los acompaña se convierten en un verdadero lastre para la forma en que operan estas empresas”, dijo Bill Kovacic, profesor de antimonopolio en la Facultad de Derecho de la Universidad George Washington. “Incluso si ganan, en un sentido importante han perdido”.
Apple respondió a la demanda estadounidense calificándola de “equivocada desde el punto de vista de los hechos y de la ley”. Advirtió que la acción “sentaría un precedente peligroso, empoderando al gobierno a tomar mano dura en el diseño de la tecnología popular” y prometió “defenderse enérgicamente contra ello”.
La demanda en EU alega que Apple ha utilizado su poder sobre la distribución de aplicaciones en el iPhone para frustrar innovaciones que habrían facilitado a los consumidores cambiar de teléfono. Según el Departamento de Justicia, la compañía se ha negado a admitir aplicaciones de mensajería multiplataforma, billeteras digitales limitadas de terceros y relojes inteligentes que no sean de Apple, y ha bloqueado servicios móviles de transmisión en la nube.
Destacó cinco ejemplos de tecnologías en las que, según afirma, Apple suprime la competencia: superaplicaciones, aplicaciones de juegos en la nube, aplicaciones de mensajería, relojes inteligentes y billeteras digitales. La compañía agregó recientemente soporte para servicios de juegos basados en la nube y dijo que agregaría mensajería multiplataforma RCS a finales de este año.
“En Apple, innovamos todos los días para hacer que la gente adore la tecnología: diseñamos productos que funcionan perfectamente juntos, protegen la privacidad y la seguridad de las personas y crean una experiencia mágica para nuestros usuarios”, dijo la compañía en un comunicado. “Esta demanda amenaza quiénes somos y los principios que distinguen a los productos Apple en mercados ferozmente competitivos”.
La Ley de Mercados Digitales, que establece cosas que se deben y no se deben hacer para algunas de las plataformas tecnológicas más grandes del mundo, permite a la Comisión Europea imponer fuertes sanciones de hasta el 10 por ciento de los ingresos mundiales anuales totales de una empresa, y hasta 20 por ciento para empresas que repetidamente incumplen las reglas. Después de iniciar investigaciones formales sobre Apple, así como sobre Google de Alphabet., los reguladores pretenden tomar sus decisiones finales en un año.
Apple, que acaba de recibir una multa de mil 800 millones de euros de la Unión Europea por impedir que las aplicaciones de transmisión de música informen a los usuarios sobre ofertas más baratas, ha estado bajo un intenso escrutinio desde que la DMA entró en pleno efecto el 7 de marzo.