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Peso mexicano en ‘caída libre’: Reforma al PJ convierte a la moneda en la más devaluada en 2024

Desde las elecciones del pasado 2 de junio, la moneda mexicana ha caído más del 10% frente al dólar estadounidense.

El peso ha caído el 13% frente al dólar estadounidense desde las elecciones de junio. (Bloomberg) (Mauricio Palos/Bloomberg)

El peso mexicano lideró las pérdidas entre sus principales pares, este martes 27 de agosto, después de que un comité clave del Congreso aprobara la reforma al Poder Judicial, impulsada por el presidente Andrés Manuel López Obrador, cambio que los inversionistas ven como una amenaza al estado de derecho.

Los operadores han estado apostando a que los cambios —que incluyen la exigencia de que todos los jueces federales sean elegidos por voto popular, en lugar de designados— se aprobarán desde que el partido Morena de AMLO ganó las elecciones legislativas de manera aplastante en junio. Sin embargo, la rapidez con la que se aprobó el texto a nivel de comité tomó a algunos por sorpresa.

El peso cayó un 1.8 por ciento a 19.76 unidades por dólar el martes, el peor día para la moneda desde el 7 de junio.

“Aún había cierta incredulidad”, dijo Marco Oviedo, estratega de XP Investimentos en Sao Paulo. “La expectativa es que podría haber habido una cierta dilución y eso no sucedió”.

Aunque Morena argumenta que las nuevas reglas tienen como objetivo erradicar la corrupción en el sistema, los críticos señalan que socavarán la independencia judicial y erosionarán los controles sobre el poder del partido gobernante. Los trabajadores judiciales lanzaron huelgas a nivel nacional contra la propuesta la semana pasada, mientras que el embajador estadounidense Ken Salazar advirtió que representaría un " riesgo importante " para la democracia y facilitaría que los cárteles de la droga se infiltraran en el poder judicial.

López Obrador dijo, este martes, que había puesto “en pausa” sus relaciones con Salazar y el embajador de Canadá, quien expresó la semana pasada sus preocupaciones sobre la reforma ante los inversionistas, a raíz de sus comentarios. Posteriormente aclaró que la pausa es en las relaciones con cada embajada, no con los gobiernos de Estados Unidos o Canadá, y que no le pedirá a Salazar que abandone el país.


“Hacer una pausa significa que nos vamos a dar nuestro tiempo”, dijo sobre Salazar durante su conferencia de prensa matutina, y agregó que los funcionarios “tienen que aprender a respetar la soberanía de México”.

El debate en la Cámara Baja podría comenzar la semana entrante, cuando el nuevo Congreso tome posesión de su cargo, y tendría que ser aprobado por una mayoría de dos tercios en ambas cámaras.

El plan es una prioridad para AMLO, quien entregará las riendas a su sucesora, Claudia Sheinbaum, en octubre. Las últimas semanas de su mandato de seis años coinciden con las elecciones al Congreso de junio, cuando la abrumadora victoria de su partido asustó a los inversores, ya que casi consiguió una supermayoría en la legislatura.

“Existen preocupaciones por el deterioro de las instituciones”, dijo Erick Martínez Magaña, estratega de Barclays Plc. “El ruido continuará en las próximas semanas, pero al final esperamos que vuelva a cotizar en línea con los fundamentos macroeconómicos globales”.

La caída del martes es la última de una serie de desplomes que ha sufrido el peso, que ha perdido más del 13 por ciento frente al dólar desde los comicios de junio. La masiva liquidación de las operaciones de carry trade y la incertidumbre sobre las elecciones presidenciales estadounidenses también están afectando a la moneda, lo que ha hecho que su volatilidad implícita se haya duplicado desde abril hasta el 18.1 por ciento.

Ha sido un cambio radical para el peso, cuya incesante fortaleza en los últimos años disuadió a los operadores de apostar en su contra. Las tasas de interés récord en México, la prudencia fiscal y la ausencia de ruido político habían impulsado a la moneda a máximos de varios años.

Ahora, los analistas dicen que es hora de deshacerse de los activos mexicanos. Morgan Stanley rebajó la calificación de las acciones del país a “underweight” este mes, citando las reformas. Los estrategas de Citigroup y Goldman Sachs cerraron posiciones alcistas sobre la moneda la semana pasada, y Goldman dijo que no hay un catalizador a corto plazo para el peso.

El peso “necesita una revalorización a un nivel que incorpore un conjunto de riesgos que exige la situación política actual”, dijo Luis Estrada, analista de RBC en Toronto.

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