El presidente argentino, Javier Milei, describió con mayor detalle el lunes 23 de septiembre el camino que seguirá el gobierno para salir de los controles cambiarios, una decisión política que podría tener un gran impacto en sus inestables índices de aprobación.
En su debut en Wall Street como presidente, Milei dijo a los inversionistas en la Bolsa de Nueva York que las restricciones se levantarían “cuando la tasa de inflación en el programa macroeconómico sea cero”, según una transcripción de sus comentarios enviada por su oficina de prensa horas después del evento. No especificó cuándo sería exactamente.
Luego, el economista libertario aclaró su razonamiento. Explicó que la inflación mensual actual en realidad ronda el 1.5 por ciento si se resta el impacto de la “inflación inducida” sobre los precios argentinos de la cifra principal de alrededor del 4 por ciento. Señaló la inflación internacional, la devaluación cambiaria móvil y los controles de capital como factores impulsores del fenómeno.
“Cuando ese 1.5 por ciento desaparezca”, dijo Milei, “el excedente de dinero habrá desaparecido y, sin ningún problema, podremos abrir los controles cambiarios”.
El vocero de Milei, Manuel Adorni, no respondió a una solicitud de comentarios sobre las declaraciones del presidente.
¿Cuándo regresará Argentina a los mercados?
El ministro de Economía, Luis Caputo, quien acompaña a Milei en Nueva York, había dicho anteriormente que Argentina planea regresar a los mercados a principios de 2026, lo que hace que el próximo año sea crucial para los cambios de política antes de las elecciones de mitad de período previstas para octubre.
Los inversores siguen de cerca las señales de la salida de Argentina de los controles cambiarios, ya que es un paso clave antes de que el gobierno regrese a los mercados de deuda internacionales, de los que ha estado efectivamente excluido desde un default soberano en 2020. Al mismo tiempo, levantar los controles es políticamente riesgoso ya que los presidentes anteriores fueron retirados del cargo después de que devaluaron abruptamente el peso, lo que alimentó una mayor inflación.
Los argentinos, que este año atraviesan otra dura recesión, se muestran cada vez más impacientes con Milei. Aunque sigue siendo históricamente alto, el índice de aprobación del presidente bajó en septiembre al 53 por ciento, mientras que su índice de desaprobación subió cuatro puntos porcentuales al 47 por ciento, el más alto desde que asumió el cargo, según la última encuesta mensual publicada por la consultora Poliarquía, con sede en Buenos Aires.
Según la encuesta, ahora que la inflación se ha enfriado drásticamente bajo la dirección de Milei, los argentinos consideran que el desempleo, y no el aumento de precios, es el mayor problema del país. Casi la mitad de los encuestados dijo que sus ingresos no les alcanzan para llegar a fin de mes.
Milei, quien se reunió con el director ejecutivo Tesla, Elon Musk, el lunes en Nueva York, tiene programado un discurso el martes ante la Asamblea General de las Naciones Unidas.