Las empresas de defensa estadounidenses deben estar alerta ante los actores rusos que sabotean sus operaciones en el país y en el extranjero, mientras Moscú busca socavar el apoyo a Ucrania, dijeron el jueves las agencias de Inteligencia y Seguridad Nacional de Estados Unidos.
Los grupos de inteligencia rusos podrían intentar identificar y reclutar a “personas con información privilegiada” en la base industrial de defensa, dijeron las agencias. Eso incluye a individuos externos que sonsacan información al personal o merodeo inusual de personal no autorizado, dijeron.
“Las empresas estadounidenses, en particular las que apoyan a las entidades involucradas en el conflicto de Ucrania u otros conflictos geopolíticos en curso, como mejor práctica deberían mejorar sus esfuerzos de vigilancia y seguridad”, dijeron en un boletín conjunto el Centro Nacional de Contrainteligencia y Seguridad, la Oficina Federal de Investigaciones y varias agencias del Departamento de Defensa.
La advertencia pone de relieve la creciente preocupación ante la evidencia de que los servicios de inteligencia rusos pueden estar empleando tácticas cada vez más agresivas y reclutando criminales, además de que pueden haber estado detrás de una serie de incendios provocados, ataques cibernéticos y de otro tipo en toda Europa en los últimos meses.
“Las actividades de sabotaje de Rusia en Europa aumentan el riesgo para las empresas estadounidenses en el extranjero y potencialmente en el país”, dijeron las agencias.
La administración saliente del presidente Joe Biden ha advertido a sus aliados de los riesgos de un aumento de los sabotajes rusos si Estados Unidos y sus aliados permitían a Kiev disparar armas occidentales en el interior de Rusia.
La decisión de la administración Biden de apoyar estos ataques de largo alcance, que salió a la luz el 17 de noviembre, forma parte de una serie de otras medidas recientes, como el suministro de minas antipersona y la sanción de más bancos rusos, destinadas a reforzar la posición de Ucrania antes de la transición en enero al presidente electo Donald Trump, que ha prometido poner fin rápidamente a la guerra.
La actividad de sabotaje de Rusia se ha centrado hasta ahora principalmente en objetivos europeos, incluido un complot frustrado en julio para asesinar al director ejecutivo del fabricante de armas alemán Rheinmetall AG.
Pero Estados Unidos parece estar cada vez más en el punto de mira. Los servicios de inteligencia europeos y estadounidenses creen que Moscú estaba detrás de un plan para colocar artefactos incendiarios en aviones con destino a Norteamérica a través de cargamentos aéreos, según declararon a principios de este mes personas familiarizadas con el asunto.
Las empresas estadounidenses y europeas se han apresurado a aumentar la producción de armamento, como municiones y misiles, para suministrar a Ucrania, pero también para reponer las reservas de sus países. Empresas como Rheinmetall, la noruega Nammo AS y la estadounidense Northrop Grumman Corp. han firmado acuerdos directamente con la industria ucraniana para apoyar su producción.