Bloomberg

Lula toma nota: Asesores del presidente brasileño le piden actuar como Sheinbaum ante Trump

Claudia Sheinbaum ha reiterado su disposición a mantener relaciones amistosas con Donald Trump y a colaborar en la reducción de la migración irregular y el tráfico de drogas.

El pasado lunes Lula de Silva le deseó a Donald Trump un“exitoso mandato” y destacó la historia de cooperación Brasil y EU. Trump es un estrecho aliado del exlíder brasileño Jair Bolsonaro. [Fotografía. Shutterstock, Cuartoscuro]

Los esfuerzos de Claudia Sheinbaum por mitigar los incesantes ataques de Donald Trump a México están ganando admiradores en Brasil, inspirando a uno de sus aliados a considerar imitar su enfoque hacia el combativo líder estadounidense.

Los asesores del presidente Luiz Inácio Lula da Silva han quedado tan impresionados con la actitud moderada de Sheinbaum hacia Trump que ahora la consideran un modelo de cómo su jefe, a menudo contestatario, debería acercarse a él, según personas cercanas al veterano de izquierda.

La estrategia de la líder mexicana se puso de manifiesto el martes, cuando Sheinbaum respondió a la renovación de las amenazas arancelarias de Trump y a una serie de nuevas órdenes de inmigración diciendo que había que mantener la “cabeza fría” y centrarse en las políticas reales por encima de la acalorada retórica. Fue un ejemplo de lo que las personas cercanas a Lula, que pidieron el anonimato para hablar de asuntos internos, describieron como la habilidad de Sheinbaum para esquivar las trampas que Trump tiende regularmente a otros líderes.

No es seguro que eso funcione. Después de todo, Trump lleva en el cargo apenas unos días y su agresión hacia México pone de relieve las formas en que líderes como Sheinbaum siguen estando sujetos a sus caprichos. Pero que haya despertado la admiración del círculo íntimo de un presidente con mucha más experiencia en el escenario mundial es en sí mismo algo sorprendente.


¿Qué medidas ha tomado Sheinbaum para tratar de ‘calmar’ a Donald Trump?

El enfoque de Trump en México sobre el comercio, la migración y las drogas parecía destinado a desafiar a Sheinbaum, una política hábil que, sin embargo, carece del carisma de su predecesor, Andrés Manuel López Obrador. El hecho de que sea la primera mujer presidenta de México no hace sino ahondar los interrogantes a los que se enfrenta, dado que la ira más dura de Trump se ha dirigido a menudo contra mujeres como la alemana Ángela Merkel y la británica Theresa May.

No obstante, en los últimos dos meses, Sheinbaum ha comenzado a adoptar su propio enfoque. Ha reiterado que desea tener relaciones amistosas con Washington, ha dicho que México colaborará para reducir la migración y el tráfico de drogas y ha publicado una foto sonriente de sí misma hablando por teléfono con Trump. Ha tomado medidas enérgicas contra las importaciones chinas baratas en un intento de demostrar que México también sufre las prácticas comerciales desleales, no que es una fuente de ellas.

Pero también ha tratado de evitar parecer subordinada: Después de que Trump se jactara en las redes sociales de una “maravillosa conversación” en la que Sheinbaum había aceptado “cerrar efectivamente nuestra frontera sur”, ella contraatacó con su propia publicación diciendo que le había dicho que “la postura de México no es cerrar fronteras, sino tender puentes entre gobiernos y pueblos”.

Esta semana, respondió a su plan de designar a algunos cárteles de la droga como grupos terroristas con advertencias contra intervenciones en territorio mexicano. Sheinbaum ha dado presentaciones detalladas sobre el daño que los aranceles podrían causar a ambas economías, al tiempo que ha respondido a Trump sobre su deseo de renombrar del golfo de México.


No está claro exactamente cómo planean los asesores de Lula que él imite esa estrategia, pero desde el principio, parece inclinarse por una estrategia similar.

Lula da Silva, adversario ideológico de Donald Trump

El lunes 20 de enero, Lula le deseó a Trump un“exitoso mandato” y destacó la historia de cooperación entre ambas naciones. Incluso suavizó críticas pasadas a Trump, un estrecho aliado del exlíder de derecha brasileño Jair Bolsonaro, diciendo: “Hay gente que dice que la elección de Trump podría causar problemas a la democracia global”, dijo Lula, sin mencionar que él había estado entre ellos.

Brasil aún no ha llamado mucho la atención de Trump, pero Lula es un adversario ideológico que mostró su respaldo a Kamala Harris en las elecciones, y el regreso de Trump ha alimentado las esperanzas entre el movimiento de Bolsonaro de que eventualmente intervendrá en asuntos políticos internos en nombre del expresidente, que tiene prohibido participar en las elecciones del próximo año.

Es probable que Lula y Trump lleguen a estar frente a frente, con la celebración en Brasil de la Conferencia anual de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático a finales de este año entre las posibles fuentes de conflicto. Pero, de momento, el líder izquierdista parece evitar la confrontación.

“Las relaciones entre Estados Unidos y Brasil deberían ser estupendas”, dijo Trump el lunes, antes de añadir un comentario característico. “Ellos nos necesitan mucho más que nosotros a ellos. Nosotros no les necesitamos. Ellos nos necesitan. Todo el mundo nos necesita”.

Cuando se le pidió que respondiera tras un acto al día siguiente, Lula negó con la cabeza y se marchó en dirección contraria.

También lee: