El gobierno chino critica que la administración del presidente Donald Trump esté utilizando la lucha contra el fentanilo como “pretexto” para aumentar los aranceles sobre sus productos, declaró, este jueves 20 de febrero, el portavoz de la embajada del país en Washington.
China “ha brindado un apoyo tremendo a Estados Unidos para abordar esta cuestión, para responder a esta cuestión”, dijo Liu Pengyu, el portavoz, durante una reunión informativa para periodistas. La idea de utilizar aranceles para abordar la crisis del fentanilo “no se sostiene”, afirmó.
Liu dijo que China está dispuesta a construir una “relación estable” con Estados Unidos y espera que el esfuerzo sea recíproco. Al mismo tiempo, sugirió que China podría eludir a Estados Unidos y trabajar con la comunidad internacional “para defender este sistema de comercio multilateral y promover esta liberalización y facilitación del comercio global” y la inversión.
Trump impuso aranceles del 10 por ciento a los productos chinos a principios de febrero, citando el fracaso del país para frenar la oleada de ingredientes utilizados para fabricar fentanilo ilícito.
Kevin Hassett, director del Consejo Económico Nacional de Trump, estimó durante una conferencia de prensa en la Casa Blanca, este jueves, que el arancel del 10 por ciento generaría entre 500 mil millones y 1 billón de dólares en los próximos 10 años.
La Casa Blanca está buscando formas de recortar gastos y aumentar los ingresos para extender o hacer permanentes los recortes impositivos que se promulgaron en 2017, durante el primer mandato de Trump. Hassett sugirió que reemplazar los ingresos del impuesto a la renta con ingresos arancelarios es una posibilidad, pero las estimaciones actuales de ingresos arancelarios están muy por debajo del costo aproximado de 4.5 billones de dólares de los recortes impositivos.
Trump también ha sugerido que sería posible un acuerdo comercial con China, aunque no ha descrito los parámetros de un posible acuerdo y se ha limitado a decir que tiene una “excelente” relación con el presidente chino, Xi Jinping.
“Los aranceles no pueden resolver los problemas internos de Estados Unidos”, dijo Liu, añadiendo que los gravámenes no frenarían el desarrollo de su país y, por el contrario, en última instancia perjudicarían a los consumidores estadounidenses.
