MIAMI.- Lo que me sorprendió cuando observé los datos de la oficina del censo de Estados Unidos publicados recientemente para Texas fue cuántos cruces fronterizos tienen cifras comerciales en niveles récord.
Si bien algunos puertos marítimos y un par de aeropuertos también funcionan, son realmente los cruces fronterizos los que resaltan, según los datos publicados el viernes que cubren los primeros cinco meses de este año.
Esto solo puede significar una cosa: el comercio de Estados Unidos con México debe aumentar.
Y esta sucediendo: más del 30 por ciento en los primeros cinco meses de 2020.
Eso incluye, por supuesto, los dos difíciles meses de abril y mayo cuando la pandemia frenó casi todo, “incluidas las importaciones de frenos”.
Supongo que no todos los puertos terminarán el año con cifras récord, explicaré el por qué en un momento, pero los que se ejecutan a un ritmo récord incluyen:
-Puerto Laredo
-Puente de Ysleta
-Puerto de Corpus Christi
-Puente Internacional de Pharr
-Puente Internacional Eagle Pass
-Puente Internacional de Brownsville
-Puerto Freeport
-Paso de Sabine
También están otros puertos más pequeños a niveles récord, aquellos con menos de unos mil millones en comercio hasta mayo, como los cruces fronterizos en Rio Grande City, Roma y Fabens, así como los aeropuertos de Addison y Sugarland.
Antes de explicar el por qué es probable que algunos caigan por debajo de su ritmo récord antes de fin de año, es importante comprender los dos factores principales:
El primero, es que millones y millones de estadounidenses están llenos de circulante fresco, dinero en efectivo, gracias a una inyección federal masiva de dinero en sus bolsillos y carteras el año pasado. Fue un esfuerzo para frustrar el colapso económico a manos de la pandemia del coronavirus que azotó la primavera pasada y que impulsan el comercio de estos puertos.
Esto ha impulsado las importaciones estadounidenses, muchas de las cuales provienen de México vía Texas.
El segundo, es el aumento del uso y la demanda de energía en México, lo que significa más gas natural, principalmente a través de gasoductos y, nuevamente, todo a través de Texas.
Esos dos no son del todo ajenos.
Suponiendo que, la economía estadounidense hoy al rojo vivo, desacelere, a medida que disminuya el impacto de las inyecciones de efectivo a través del desempleo y los préstamos PPP, ciertamente se reducirán las importaciones de México.
Eso a su vez, es casi seguro que aflojará la demanda mexicana de energía, gran parte de la cual tiene un uso industrial.
Además, recordemos que después de una primavera lúgubre, particularmente en abril y mayo, el comercio de E.U comenzó a recuperarse hasta la segunda mitad del 2020.
Lo que pareció, en ese momento del año pasado, ser una disminución catastrófica en el comercio de Estados Unidos, para el año terminó siendo solo un año no tan horrible.
Por esta razón mantener el ritmo se vuelve más desafiante.
Espero equivocarme y, si no, al menos disfrutemos el momento. Si los últimos 18 meses -más o menos-, no hemos aprendido nada más, por lo menos debería habernos enseñado eso, -una situación fuera de contexto pero que los mercados siguen-
Una parte importante del comercio de esta región, es la industria automotriz, pero se suman ahora importaciones no tradicionales.
El presidente de WorldCity, Ken Roberts, compartió con nosotros hace exactamente un año, cómo las exportaciones e importaciones de automóviles se vieron afectadas por la pandemia en este episodio de Trade Matters en el canal de YouTube.