LAREDO, Texas.- Aún cuando hubo de por medio una batalla de publicidad negativa en la que invirtieron millones de dólares para desfavorecer la campaña del congresista Henry Cuellar, los votantes de Laredo, Texas, no se dejaron engañar y continuaron con la confianza depositada en el funcionario desde hace casi 20 años.
Tras las elecciones, los demócratas de esta ciudad se sienten orgullosos de la fortaleza que mantienen y de sus raíces hispanas bien representadas por Cuellar. Este año ni los republicanos ni grupos aliados a estos como los llamados “demócratas progresistas”, un ala del partido republicano infiltrada entre los demócratas pudieron contra los electores de Laredo quienes se empiezan a llamarse ahora a sí mismos “Los Defenders”, por esta última victoria obtenida.
Sin embargo, no todo ha sido “color de rosa”, además de campañas de desprestigio, los republicanos han utilizado otro tipo de tácticas para derribar el poder de los demócratas al sur de Texas, por ejemplo, recién intentaron convencer a Cuéllar de cambiar de partido con la esperanza de aumentar sus márgenes reducidos.
Respecto a esto, el congresista reveló el martes detalles sobre el esfuerzo del Partido Republicano para que cambie de partido, diciendo que un puñado de republicanos, incluido un miembro en funciones del Congreso, formaban parte de la campaña de presión para que se uniera a ellos después de su fácil victoria en las elecciones intermedias de la semana pasada.
No le ofrecieron nada específico, como la presidencia de un comité, dijo Cuellar, sino que le ofrecieron un incentivo abierto.
“Simplemente dijeron: ‘Dime tu precio’”, dijo Cuéllar a los periodistas en el Capitolio. Su respuesta fue sencilla, “No, gracias”.
Además, The Wall Street Journal informó esta semana que el líder de la minoría de la Cámara de Representantes, Kevin McCarthy (R-Calif.), quien enfrenta una revuelta interna de los conservadores en su intento por convertirse en el próximo presidente de la Cámara, fue uno de los que trató de llevar a Cuellar a la carpa republicana para “ayudarlo”.
El vocero de McCarthy dijo que el líder republicano no estuvo involucrado si estas conversaciones tuvieron lugar y aseveró que esto no es de ninguna manera parte de su estrategia para la mayoría o para su candidatura a la presidencia.
La oficina de Cuéllar no confirmó si habló con algún aliado de McCarthy sobre cambiar de partido, pero dejó en claro que era una idea que ni siquiera consideraría.
“Como regla estándar, no discutimos conversaciones privadas entre miembros del Congreso. Sin embargo, el congresista Cuéllar es un demócrata de toda la vida y seguirá siendo demócrata”, señalaron.
Cuéllar aclaró el martes que McCarthy no se acercó a él directamente, pero al menos otros cuatro republicanos lo hicieron, incluido “un miembro, y un par de personas de K Street -refiriéndose al domicilio de las oficinas del congreso en DC- y un exmiembro”.
El congresista ha sido durante mucho tiempo un objetivo de los republicanos en un distrito del sur de Texas fuertemente demócrata e hispano, y este año no fue la excepción. El brazo de campaña de los republicanos gastó millones de dólares apoyando a su oponente, la republicana Cassy García, exasesora del senador Ted Cruz (republicano de Texas), sólo para ver cómo Cuellar prevalecía de manera aplastante.