Luego de que el gobernador de Texas, Greg Abbott, decidiera colocar a lo largo del Río Grande un muro fronterizo flotante como parte de la Operación Lone Star de seguridad fronteriza, el tema es muy controvertido, por lo que ha dado lugar a demandas y denuncias contra el gobierno texano por diferentes motivos legales.
Por ejemplo, tras la instalación de las boyas en un área del río entre Eagle Pass y Piedras Negras en México, Jesse Fuentes, un ciudadano que dirige un negocio de kayak en dicha ciudad americana, ha sido uno de los afectados y eso lo llevó a demandar al gobernador por sus acciones.
El emprendedor señala que el muro arruinó su negocio y fue perjudicial para el río.
“Solo soy el propietario de una pequeña empresa que habló por una injusticia que se le está haciendo al río”, explicó.
Además de la demanda de Fuentes, Magali Urbina, dueña de Heavenly Farms LLC, un negocio que cuenta con una finca de nogales al lado del río, se muestra mortificada por la instalación de las boyas, pues sus árboles ya no son iguales desde entonces, según comenta y eso la prepara para una posible demanda contra el estado de la estrella solitaria.
“Esto no se va a quedar así. El estado está mal. El estado está echando mentiras. (Se) aprovechó de la ciudad, y se está aprovechando de los terrenos privados”, dijo para Univision.
La empresaria dice que su terreno junto al Río Bravo en Eagle Pass, ahora tiene una gran cerca y alambre de púas, por lo cual el estado invade su propiedad privada.
“Pedimos al director regional del sur de Texas de DPS, Víctor Escalón. Le pedimos al gobernador, que por favor no pongan el alambre de púa, pero ellos decían que era decisión de ellos y que iban a hacer lo que ellos tenían que hacer… que es en contra de la ley”, dijo Magali.
Si Urbina procede legalmente, se trataría de la tercera demanda contra el gobernador Abbott por la instalación de las boyas, sumando la presentada por el Departamento de Justicia.
Y no solo eso, las relaciones diplomáticas entre Estados Unidos- EU- y México también corren riesgo, pues el gobierno mexicano condenó la instalación de la barrera y compartió sus preocupaciones al respecto con la administración del presidente Biden.
El miércoles, el Departamento de Justicia de EU emitió una orden judicial para cerrar la operación de la barrera de boyas.
“El despliegue de la Barrera Flotante por parte de Texas ha causado un daño significativo y continuo a las relaciones exteriores de Estados Unidos con México. México ha afirmado específicamente que las acciones de Texas contravienen varias obligaciones del tratado y ha planteado preocupaciones humanitarias con respecto a la posible pérdida de vidas de personas que nadan en el Río Grande”, explicó el expediente judicial.
Al respecto, el gobernador de Texas se ha limitado a defender su decisión, argumentando que se trata de una buena solución para evitar la inmigración ilegal
“Haré todo lo que tenga que hacer para defender nuestro estado de la invasión de los cárteles mexicanos de la droga y otros que han tratado de ingresar ilegalmente a nuestro país, y protegeré nuestra soberanía”, señaló.
Todo el tema alrededor del muro flotante ha generado mucha polémica entre líderes, expertos en migración y el público en general, pues hay quienes apoyan la medida y quienes se oponen alegando que las medidas impulsadas por el gobernador Abbot atentan contra la vida de los migrantes adicionado a los peligros y vicisitudes que ya estos tienen que sortear para poder solicitar asilo.