En la imaginaria hay un remate que espera resolver el destino, cuando éste es un nudo. Existen jugadores que llegan a los Mundiales con el respaldo para llevar a cabo esa jugada clave. Pero están los otros. Los que, pese a no llamar la atención, serán los que definan una final.
A este joven de 22 años el azar le brindó la oportunidad histórica de ser un héroe, en el sentido pleno de la palabra. Mario Götze firma su grandeza con un desplante poético en las postrimerías de un encuentro reñido entre el coraje y la voluntad. Ahora es la voz cantante de una Selección de Alemania que saluda a Rusia con la percha de la Revolución.
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