RÍO DE JANEIRO.- Un funcionario de la FIFA podría estar implicado con un grupo de 11 revendedores de diferentes nacionalidades que esperaba recaudar hasta 90.5 millones de dólares a través de la venta ilegal de entradas a diferentes partidos del Mundial de Brasil, informó este jueves la policía local.
Fábio Barucke, el agente encargado del caso, señaló que el funcionario identificado no es brasileño y se encuentra hospedado en el hotel Copacabana Palace de Río, donde tienen su sede altos funcionarios de la FIFA y de Match Hospitality, la compañía dueña de los derechos para vender paquetes de viaje y corporativos para el torneo.
A través de la intervención de unas 50 mil llamadas telefónicas, la policía dedujo que esta organización de revendedores planeaba ofrecer un boleto para la final del estadio Maracaná en 35 mil reales (unos 16 mil dólares). Además, obtuvo "información valiosa" para seguir arrestando implicados.
Uno de los líderes del grupo es el argelino Mohamadou Lamine Fofana, quien se presume es amigo íntimo de diversos funcionarios de la FIFA. Este hombre, refirió la policía, tuvo acceso a zonas VIP en diferentes hoteles, estadios y restaurantes de Brasil, algo que sólo puede ser posible si se tiene un contacto en el organismo dirigido por el suizo Joseph Blatter.
Los turistas también se han visto envueltos en la polémica de la reventa, Estadounidenses, holandeses, chilenos, argentinos, franceses... muchos han optado por vender a cantidades exorbitantes las entradas para distintos partidos. Ello se debe principalmente a que este Mundial es uno de los más caros de la historia: una hamburguesa puede llegar a costar hasta 194 pesos, mientras que una caipirinha puede valer hasta 129 pesos.
La embajada de Estados Unidos en Brasil emitió un comunicado este jueves recordando a sus ciudadanos que los boletos tienen que ser comprados o vendidos en cumplimiento con la ley brasileña.
"Varios extranjeros, incluyendo ciudadanos estadounidenses, han sido detenidos, arrestados y multados por intentar revender ilegalmente boletos para el Mundial", advirtió la embajada.
El caso ya llegó a oídos de la FIFA. Delia Fischer - una portavoz del organismo - minimizó las investigaciones de la policía al afirmar que "el hombre podría ni siquiera ser empleado de la FIFA".