Buena Vida

Lujo y velocidad, juntos en una botella

El vino y el automovilismo convergen en tres etiquetas francesas de sauvignon blanc.

Las siguientes paradas son Brasil y después Abu Dhábi, las mismas que para las escuderías de la Fórmula Uno. En las comidas y degustaciones que se ofrecen en el Paddock Club durante los Grandes Premios se sirve un sauvignon blanc que crece en los campos del Valle de Loira, Francia, y que en junio pasado la fecha disputada en el país europeo, celebró 25 años de ser parte del mundo de las carreras de autos a nivel mundial.

Todo gracias a la iniciativa de su creador, Pascal Jolivet, quien desde niño se sintió atrapado por la magia del automovilismo y la velocidad.

"En 1993 el recorrido pasó cerca de donde yo vivía y no dudé en ir y ofrecer mi vino, hablé con quien era necesario y así empezamos; al principio no fue fácil, había que dar patrocinio, pero la relación ha fructificado con los años", cuenta.

El escaparate que el evento deportivo ofreció a la marca redituó a largo plazo, no hay carrera de la máxima categoría a la que falte, y gracias a la calidad de sus vinos se ha mantenido. Su expansión alcanza a 95 países.

Sobre el paralelismo entre ambos mundos, Jolivet afirma que los hermana el placer del disfrute y la emoción.

"Se complementan, la entrega y furia de los pilotos para llegar a la meta es tan intensa como el sabor de las uvas tratadas con respeto y convertidas en vino", afirma.

Pero si sus creaciones no tuvieran la suficiente calidad, no sobrevivirían entre tanta competencia. La vinícola se fundó en 1987 y únicamente trabaja con dos variedades de uva: sauvignon blanc y pinot noir, que crecen en los diferentes tipos de suelo del Valle de Loira.

Está el calcáreo, que aporta mineralidad, al tiempo que entrega caldos con cuerpo y sabor; el argilo calcáreo, en donde se mezcla grava y caliza y aporta delicadeza y perfume; y el sílex, que además de mineralidad agrega estructura. Con uvas de esas características lo que Jolivet decidió fue apostar por un sello de distinción.

"Nuestros viñedos son 100 por ciento orgánicos, respetamos el proceso natural de hacer vinos; antes nadie creía en los vinos naturales y nosotros decidimos ir por ese camino, el del respeto", sostiene.

Después de la cuidadosa recolección de la fruta, la vinificación comienza con la sedimentación, luego la magia ocurre en los tanques de fermentación, en donde sólo utilizan levaduras indígenas; sólo se usa sauvignon blanc, pero que crecieron en distintos suelos. Las uvas de cada parcela se fermentan por separado. Después de la fermentación se maduran más tiempo antes de embotellar, ese proceso es lo que le da el sabor característico a sus vinos. En promedio permanecen dos meses en reposo, este envejecimiento lento da como resultado vinos con niveles muy bajos de azufre y sabores elegantes y armónicos.

Jolivet no oculta su satisfacción al mencionar que sus vinos son constantes protagonistas en las premiaciones internacionales. Sancerre y Pouilly-Fumé son los nombres de sus etiquetas más exitosas, se llaman así en honor a la región en donde crecen sus vides.

"Tienen mi nombre y lo menos que puedo hacer es asegurarme que sean muy buenos representantes de donde son originarios", destaca.

ATTITUDE

Para acompañar con entradas frías, pescados ligeros, mariscos frescos y queso de cabra. Color amarillo claro con reflejos verdes. Aromas a limón verde, manzana y kiwi.

Precio: 435 pesos

SANCERRE

Para acompañar pescados de río, crustáceos y queso de cabra. Tiene aromas florales y frutales, que refieren a manzana, pera y limón.

Precio: 679 pesos

POUILLY-FUMÉ

Para acompañar pescados de río, crustáceos y queso de cabra. Color amarillo con reflejos plateados. Es fresco y mineral con referencia a limón y toronja.

Precio: 679 pesos

*Los tres son 100 por ciento sauvignon blanc.

**En México sólo están disponibles esas etiquetas; por botella, en City Markey y La Europea; por copeo, en varios restaurantes.

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