De unos años para acá los alquileres en las colonias Roma y Condesa de la Ciudad de México se han disparado. Estas zonas se han vuelto ‘el lugar cool’ para vivir en la capital del país y los extranjeros han sabido ‘sacarle jugo’.
Es decir, las rentas de departamentos y casas están por la nubes para la mayoría de los mexicanos, pero hay personas de otros países que han venido a vivir aquí porque para ellos sí es accesible. Esta dinámica forma parte de la gentrificación de ciudades latinoamericanas.
Además, hace unos días, Becca Sherman compartió un tweet que generó bastante polémica. La extranjera les dijo a sus más de 2 mil seguidores ‘que se hicieran un favor y vinieran a trabajar en la Ciudad de México, un sitio realmente mágico’.
Do yourself a favor and remote work in Mexico City — it is truly magical ✨ pic.twitter.com/QRHRYp0qpv
— Becca Sherman 🤝 (@becsherm) February 16, 2022
El problema para los cibernautas radica en que personas de otras países en efecto vienen a vivir aquí, trabajan a distancia y no pagan impuestos.
En tanto, la gentrificación es un fenómeno para nada nuevo, ya que de acuerdo con la investigación Gentrification and Resistance in Latin American Cities, de los académicos Antoine Casgrain y Michael Janoschka, apareció aproximadamente hace 50 años.
Los especialistas señalan que la gentrificación es un fenómeno de reconquista de las áreas centrales y consolidadas de las ciudades por el poder económico, en especial cuando se apropian de esos espacios agentes inmobiliarios privados y se busca capitalización de renta del suelo.
Casgrain y Janoschka aseguran que reproduce la desigualdad de clases. ‘‘Se puede considerar un mecanismo cada vez más intenso y central, propio de la época contemporánea de capitalismo tardío y globalizado que centra sus esfuerzos en cimentar la dominación de las clases pudientes sobre los procesos de reproducción de la vida social’', afirman en su investigación.
Además, según la Universidad Politécnica de Madrid, con la gentrificación se busca sustituir a la población urbana por la ‘no población’, o sea turismo internacional o extranjeros que llegan a vivir a determinadas zonas de la ciudad. Aquí recordamos de nuevo a Sherman y su amor por la CDMX.
Esto también implica que la población urbana con menos recursos se desplace a la periferia, quedando así los extranjeros en zonas como la Condesa o la Roma.
Las y los expertos coinciden en que una posible solución a este fenómeno es la regulación inmobiliaria de los alquileres.