Este miércoles se cumplen 14 años de una batalla campal en la glorieta de la avenida Insurgentes de la Ciudad de México. Y es que, un 16 de marzo, pero de 2008, este lugar fue el escenario de una pelea entre dos tribus urbanas: Emos contra Punks.
Lo que originalmente era una una protesta pacífica se convirtió en un enfrentamiento debido a la diferencia entre sus formas de pensar.
Los Emos eran un grupo de jóvenes que se caracterizaban por vestir de negro, llevaban el cabello alaciado y tapaban la mitad de su rostro con un largo fleco, también delineaban sus ojos y portaban muñequeras. Algunas mujeres de este grupo utilizaban diademas o adornos para el cabello en tonos morados o fucsias.
Entre sus gustos musicales se encontraban bandas como My Chemical Romance, Pxndx, Fall Out Boy y Good Charlotte . Promovían la igualdad y normalmente se caracterizaban por mostrar sentimientos de tristeza.
Por su lado, los Punks, que aseguraron a través de redes sociales que habían atacado a los Emos por diversión, se caracterizaban por utilizar botas negras y largas, cadenas colgando de sus pantalones y su filosofía estribaba en ir en contra del sistema. Surgieron con bandas británicas como Sex Pistols, The Clash, y también americanas como Ramones o The Ded Boys.
La convocatoria para el encuentro aquel día en la Glorieta de los Insurgentes se hizo por parte de los Emos, a través de redes sociales como Hi5, MySpace, Metroflog y Messenger, y el objetivo era protestar contra la intolerancia y agresiones por parte de los Punks.
La cita era en punto de las 15:00 horas del domingo 15 de marzo de 2008... en el lugar comenzaron las agresiones verbales entre los asistentes, quienes finalmente llegaron a los golpes.
Momentos más tarde, la policía se hizo presente y comenzó a dispersar a los rivales para reagruparlos y evitar que las agresiones escalaran. No obstante, esto sólo fue por un par de horas, ya que los jóvenes continuaron gritando y lanzándose ofensas entre ellos.
Posteriormente, más de 100 elementos acudieron a la glorieta de Insurgentes para intentar controlar el enfrentamiento de las tribus, pero ello fue en vano. Las agresiones pararon hasta que arribó un grupo de Hare Krishna, haciendo una invitación para unirse a ellos.
Pese a que la manifestación de aquella ocasión fue grande, hubo saldo blanco, ya que no se reportaron heridos graves.