La Asociación de Zoológicos, Criaderos y Acuarios de México (AZCARM) denunció a finales de junio ante la Fiscalía General de la República (FGR) a Eduardo Mauricio Moises Serio, también conocido como ‘Papa bear’, en su calidad de dueño del Gran Santuario Mexicano Jaguar Negro-Tigre Blanco o Black Jaguar-White Tiger por el abandono y maltrato de cientos de felinos de diversas especies, varias de ellas en peligro de extinción.
“Constituyendo un grave daño a nuestra biodiversidad y vida silvestre toda vez que existe evidencia de que muchos de los ejemplares bajo su custodia han muerto como consecuencia de dicho abandono”, señaló AZCARM a través de un comunicado.
La asociación asegura que recibió fotografías y videos de extrabajadores de la fundación que muestran que cientos de grandes felinos se encuentran en condiciones de abandono, sin alimento, sin cuidados médicos y sin espacios adecuados para su subsistencia.
“Muchos de ellos presentan heridas expuestas y diversos niveles de desnutrición. Incluso existen evidencias de que varios ejemplares ya han muerto de hambre y otros han perdido la vida al desangrarse por comerse y arrancarse su propia cola. De acuerdo con los terribles testimonios, algunos animales han sido sacrificados, mientras que otros han llegado a devorarse entre ellos”, apunta el documento.
“Además, las condiciones del lugar en donde actualmente habitan todos estos felinos no cuentan con el espacio vital para su libre desarrollo. Los materiales con los que están compuestas las jaulas no cumplen con las características necesarias para la protección de los animales ni de las personas que ahí laboran, y se observan nulas condiciones sanitarias”, agrega el comunicado de AZCARM.
Delito por daño a la biodiversidad
En el boletín enviado a medios de comunicación, AZCARM indica que “la omisión del cuidado de estos cientos de ejemplares (en su sitio web señala que alberga 400 animales) constituye un grave daño a la biodiversidad y viola diversas normas administrativas, penales e internacionales sobre el manejo de vida silvestre de conformidad a lo dispuesto por los artículos 10, 11, 14 y 24 de la Ley Federal de Responsabilidad ambiental a la NOM-059-SEMARNAT-2010″.
Ante esto, el presidente de la AZCARM, Ernesto Zazueta Zazueta, lamentó y condenó este grave delito contra la fauna silvestre e hizo un enérgico llamado a todas las organizaciones y activistas en pro del bienestar animal a levantar la voz.
Asimismo, informó que la AZCARM le ofreció de manera formal y por escrito a las autoridades ambientales apoyo para rescatar, trasladar, rehabilitar y dar un hogar a los felinos que aún queden con vida.
“El motivo que me lleva a distraerla de sus actividades es ofrecer nuestra ayuda económica, técnica y logística para llevar a cabo el rescate de ejemplares del PIMVS mal llamado Santuario Black Jaguar-White Tiger, el cual desde hace ya algún tiempo ha sido señalado por faltar repetidamente al trato digno y respetuoso de la fauna silvestre, sin que hubiera acciones contra este lugar, ya que no se habían presentado pruebas contundentes de maltrato”, se lee en la carta dirigida a Blanca Alicia Mendoza Vera, Procuradora Federal de Protección al Ambiente.
La historia de Black Jaguar-White Tiger
En 2015 –señala el comunicado de la asociación– la Fundación Black Jaguar-White Tiger obtuvo el registro emitido por la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat) como Predio e Instalación que Maneja Vida Silvestre (PIMVS) de forma confinada fuera de su hábitat natural en el kilómetro 36 de la Carretera Picacho Ajusco, San Tomás Ajusco, en la alcaldía Tlalpan.
Dicho lugar albergaba una población de más 300 felinos entre tigres, linces, jaguares, panteras y leones de todas las edades.
“Mas adelante la fundación perdió dicho registro por lo que tuvo que trasladar a los animales a otro predio cercano que no cuenta con permisos ni medidas de seguridad para albergar felinos silvestres. La fundación tampoco cuenta con planes de manejo de vida silvestre, legal procedencia de los ejemplares, marcajes adecuados ni con ningún tipo de medidas sanitarias de bienestar para los animales, incumpliendo completamente con la normatividad vigente”, añade el documento.
“Al asegurar que la cantidad de comida diaria para alimentar a todos los ejemplares que ‘cuidan’ asciende a 2.8 toneladas diarias, la fundación ha recibido millonarios donativos de nuestro país y principalmente del extranjero”, asegura.