La venta de refrescos piratas dejaba ingresos de entre 10 mil y 12 mil 600 pesos al día. Así lo dio a conocer la Fiscalía General de Justicia de CDMX la tarde de este viernes 5 de mayo.
De acuerdo con las investigaciones de la Fiscalía de CDMX, el grupo delictivo que se dedicaba a la venta de refrescos pirata comercializaba cada caja en un precio de entre 200 y 219 pesos.
Cada día vendían hasta 60 cajas, lo que se traduce en ingresos de hasta 360 mil pesos al mes.
¿Donde se vendían refrescos pirata en CDMX?
Ulises Lara, vocero de la Fiscalía General de Justicia de la Ciudad de México, explicó las cajas de refrescos pirata se vendían principalmente en puestos ambulantes de comida.
Esos puestos se localizaban en la zona centro, así como en la Central de Abasto y en municipios como Chalco y Nezahualcóyotl, en el Estado de México.
¿Qué se sabe del grupo delictivo que vendía refrescos pirata?
“De acuerdo con las labores de gabinete y campo, desplegadas por agentes de la Policía de Investigación, y según vecinos, se estima que en el lugar trabajarían en promedio diez personas, entre lavadores de botellas, envasadores y selladores, transportistas y encargados del inmueble” señaló Ulises Lara.
Las investigaciones señalan que los recipientes eran comprados en sitios donde se recolectan envases y las fichas para resellar, con recolectores de basura.
Este viernes, la Fiscalía General de Justicia de la Ciudad de México (FGJCDMX), a través de su vocero, Ulises Lara, detalló sobre el caso de los refrescos de cola falsos hallados en un domicilio de Iztapalapa.
Y es que, tras catear un inmueble de la colonia Santa Martha Acatitla Norte, en Iztapalapa, la Fiscalía capitalina halló cientos de cajas con botellas con refresco de cola, posiblemente clonado, por lo que detuvo a dos personas relacionadas con el hecho, en el que, según detalló la dependencia, las ganancias diarias podrían llegar hasta los 12 mil pesos.
Así, Ulises Lara señaló en conferencia de prensa que David y Jesús Ignacio “N” fueron puestos a disposición de un juez de control, por su probable participación en la comisión del delito de encubrimiento por receptación.
El vocero detalló que David “N” era quien presuntamente se encargaba de lavar el envase de vidrio de las bebidas y por ello, cobraría cerca de dos mil 500 pesos por semana. En tanto, señaló a Jesús Ignacio “N”, como quien probablemente realizaba labores de sellado de envases y de reparto.