Como cada año, muchas personas comienzan a prepararse para la llegada de la navidad y las fiestas decembrinas, incluyendo las peregrinaciones hacia la Basílica para celebrar a la Virgen de Guadalupe y agradecer por los ‘milagros’ concedidos durante el año.
Los festejos y misas comienzan el 12 de diciembre con las tradicionales mañanitas a la Guadalupana; sin embargo, días antes, los peregrinos de distintos estados emprenden un viaje desde su hogar hasta la basílica para ser parte de la celebración a la ‘Morenita del Tepeyac’.
Además de reconfortar el alma de los peregrinos, las celebraciones a la Virgen Morena representan beneficios al sector del comercio, servicios y de turismo. En 2022, la Confederación de Cámaras Nacionales de Comercio, Servicios y Turismo (Concanaco Servytur) estimó una derrama económica de más de 14 mil millones de pesos a nivel nacional.
¿Cuándo comienza la peregrinación a la Basílica de Guadalupe?
Aunque todo el año se realizan peregrinaciones hacia la ‘Villita’, la temporada más esperada del año es diciembre.
Fuentes de la iglesia católica consultadas por El Financiero aseguraron que las peregrinaciones con motivo de las celebraciones a la Virgen de Guadalupe son del 1 al 12 de diciembre.
De acuerdo con a tradición, la virgen Morena se le apareció a Juan Diego Cuauhtlatoatzin, en 1531, para ordenarle acudir con el obispo Fray Juan De Zumárraga y pedirle que se construya un templo en su honor en el cerro del Tepeyac.
“Hijito mío el más amado: yo soy la perfecta siempre Virgen Santa María, Madre del verdaderísimo Dios. Mucho quiero tengan la bondad de construirme mi templecito”, pidió.
Juan Diego comunicó al obispo lo dicho por la Virgen; sin embargo, este no dio crédito a sus palabras. Para el 10 de diciembre acudió a la casa del Juan De Zumárraga para repetir el anuncio de la Virgen, por lo que el Fray pidió una prueba para constatar la veracidad de sus palabras.
Pero el indio chichimeca no se apareció en el Cerro del Tepeyac el 11 de diciembre debido a que su tío Juan Bernardino informó de gravedad.
En la madrugada del 12 de diciembre, Bernardino pidió a Juan Diego que fuera al Convento de Santiago Tlatelolco para traer a algún religioso que lo confesara. En el camino hacia el sitio, Juan Diego evitó pasar por el Cerro del Tepeyac; sin embargo, la Virgen se le apareció en la base del monte.
“Hijito queridísimo: estas diferentes flores son la prueba, la señal que le llevarás al Obispo. De parte mía le dirás que por favor vea en ella mi deseo, y con eso, ejecute mi voluntad”, dijo.
Juan Diego llevó las flores recolectadas en su ayate a la casa del Fray. La tradición cuenta que cuando las desplegó frente al religioso, la imagen de la Virgen de Guadalupe apareció dibujada en la tilma del indio, tela que permanece hasta ahora en la Basílica.