Hijos nacidos de madres mayores de 30 años son más inteligentes

Con el pasar de los años las mujeres han decidido tener hijos a una edad mayor a la que se acostumbraba en el pasado y ahora un estudio realizado por una universidad en Londres ha demostrado que esto puede ser beneficioso para los niños.

En el estudio realizado en el 2017 por la universidad de London School of Economics and Political Science (LSE) y Max Planck Institute para la Investigación Demográfica (MPIDR por sus siglas en inglés), han demostrado que los niños nacidos de madres mayores tienen más probabilidades de desempeñarse mejor en las pruebas de capacidad cognitiva.

Los investigadores analizaron tres estudios de Reino Unido, el Estudio Nacional de Desarrollo Infantil de 1958, el Estudio Cohorte Británico de 1970 y el Estudio Cohorte del Milenio de 2001. En todos estos se evaluaron la capacidad cognitiva de los niños que tenían de 10 a 11 años.

Cuando los investigadores analizaron los estudios de 1958 y 1970 los niños nacidos de madres con 25 a 29 años obtuvieron la puntuación más alta comparado con los niños nacidos de madres de 35 a 39 años.

Sin embargo, al observar el estudio desarrollado en el 2001 podemos ver que esto se revierte, convirtiendo a los niños nacidos de madres de 35 a 39 los que tienen una mayor puntuación.

Por otro lado los investigadores se dieron cuenta que las características sociales y económicas son unas de las grandes razones de estos resultados.

“Nuestra investigación es la primera en observar cómo las habilidades cognitivas de los niños nacidos de madres mayores han cambiado con el tiempo y qué podría ser responsable de este cambio”, comenta La Dra. Alice Goisis, investigadora de LSE y autora principal del artículo.

”Es fundamental comprender mejor cómo les va a estos niños dado que, desde la década de 1980, ha habido un aumento significativo en la edad promedio de las mujeres que tienen su primer hijo en los países industrializados.”

“La capacidad cognitiva es importante en sí misma, pero también porque es un fuerte predictor de cómo les va a los niños en la edad adulta, en términos de su nivel educativo, su ocupación y su salud”, concluye.