Científicos advirtieron que, de no frenar las emisiones de carbono, el resultado podría ser la extinción de la mayor parte de la vida marina, un vaciamiento del océano que se observó por última vez hace 250 millones de años en medio de un clima que se calienta rápidamente.
La aceleración de las emisiones de gases de efecto invernadero podría “terminar en una masiva extinción equivalente a las experimentadas por la Tierra en el pasado”, se lee en un informe revisado por pares publicado el jueves en la revista Science.
Sin embargo, todavía hay tiempo para prevenir una catástrofe global de este tipo, dijeron los científicos. Limitar el aumento de la temperatura a 2 grados Centígrados reduciría el riesgo de una extinción masiva en más del 70 por ciento, según el documento.
“El futuro aún no está escrito”, señaló Justin Penn, investigador asociado de la Universidad de Princeton y autor principal del estudio. “No es demasiado tarde para revertir las tendencias de las emisiones de gases de efecto invernadero para evitar la extinción masiva en el océano por el cambio climático”.
Si el futuro sigue siendo una página en blanco, las consecuencias pasadas de un cambio climático extremo están escritas en el registro fósil marino. En un estudio de 2018, Penn y el coautor Curtis Deutsch crearon un modelo informático para simular el calentamiento del mundo a finales del período pérmico hace 250 millones de años, cuando las erupciones volcánicas liberaron enormes cantidades de gases de efecto invernadero a la atmósfera.
Descubrieron que las temperaturas de la superficie del océano aumentaron en más de 10 grados centígrados, lo que provocó una disminución de casi el 80 por ciento en los niveles de oxígeno marino. Un examen del registro fósil confirmó que el calentamiento de los mares que los dejó con bajos niveles de oxígeno mató hasta el 96 por ciento de las especies marinas.
Hoy, las temperaturas del océano están subiendo a niveles récord y los niveles de oxígeno están cayendo. “Se ha demostrado que el mismo mecanismo que estaría impulsando la pérdida de especies por el cambio climático inducido por el hombre causó la extinción en el pasado geológico”, dijo Penn.
Él y Deutsch, profesor de geociencia en Princeton, basaron su nuevo artículo en esa investigación. Para estimar las probabilidades de extinción, crearon un modelo que simulaba el cambio climático futuro e incorporaron evaluaciones actuales de la vulnerabilidad de los animales marinos a las amenazas relacionadas con los humanos, como la contaminación y la sobrepesca. Luego, los investigadores calcularon los niveles de agotamiento de oxígeno que harían que el océano se volviera inhabitable para varias especies.
Al final del siglo XXI podría haber una extinción masiva
Los científicos descubrieron que, si las temperaturas globales aumentan alrededor de 4.9 grados centígrados para fines de siglo y continúan subiendo, se desencadenaría una extinción masiva equivalente a la del final del período pérmico.
Los expertos proyectaron que, en un escenario de bajas emisiones que mantenga el aumento de la temperatura en 2 grados, las tasas de extinción oscilarían entre un 4 por ciento —la tasa natural— y un 10 por ciento.
“Esa sigue siendo una espantosa cantidad de especies en cifras absolutas”, sostuvo Penn, y señaló que los investigadores estimaron que, incluso si no hubiera cambio climático, entre el 10 y el 15 por ciento de las especies se encuentran en riesgo de extinción debido a la industrialización del océano y otras amenazas causadas por los humanos.
Nathalie Butt, investigadora de la Universidad de Queensland en Australia, dijo en un correo electrónico que la extinción de especies, incluso bajo el modelo de bajas emisiones, podría ser devastadora para la salud de los océanos y la pesca.
“Un potencial —y probable— gran impacto será la pérdida de la función del ecosistema en algunos entornos marinos y los efectos cascada del ecosistema, incluso con solo una pequeña proporción de especies extintas”, sostuvo Butt, quien estudia las consecuencias del cambio climático en la biodiversidad y que no participó en la investigación.
Por ejemplo, la pérdida de una especie de presa podría conducir a la disminución de los depredadores que regulan la salud de los ecosistemas marinos de los que dependen los humanos para alimentarse.
El documento señaló que las regiones del océano más vulnerables a la extinción provocada por el cambio climático son áreas con bajo contenido de oxígeno que albergan algunas de las industrias pesqueras más productivas del mundo.
“El impacto proyectado de un cambio climático acelerado en la biota marina es profundo, lo que eleva el riesgo de extinción y reduce la riqueza biológica marina que se ha observado en la historia de la Tierra durante las últimas decenas de millones de años”, concluyó.