Existen diversas palabras en el idioma español para referirse a los fenómenos sísmicos. Sin embargo, son tres los términos usados con mayor frecuencia: sismo, temblor y terremoto.
Pero ¿cuál es la diferencia entre ellos?
De acuerdo al Sistema Sismológico Nacional (SSN), un sismo es el rompimiento repentino de las rocas en el interior de la Tierra. Esta liberación repentina de energía se propaga en forma de ondas que provocan un movimiento de la tierra... o el mar.
A menudo, si el sismo es de grandes dimensiones y tiene lugar en tierra se denomina terremoto, y si tiene lugar en mar se denomina maremoto formando olas gigantescas llamadas tsunamis de enorme poder destructivo en las costas vecinas.
Cuando son movimientos son imperceptibles, leves o de nulas consecuencias sociales y económicas, los sismos son nombrados comúnmente como temblores.
¿Qué es un terremoto?
De acuerdo a Diferenciador, terremoto y sismo son sinónimos y se refieren al mismo fenómeno. Sin embargo, en varios países hispanohablantes, “terremoto” y “sismo” se utilizan de forma diferenciada, según los efectos que este movimiento de tierra produce y cómo se perciben.
La palabra terremoto proviene del latín terraemotus, compuesta por terra, que significa ‘tierra’, y motus, que significa ‘movimiento’, por lo que un terremoto es un movimiento de tierra.
Generalmente, se considera que un terremoto produce daños materiales graves e implica la presencia de víctimas mortales.
¿Qué origina los sismos?
La capa más superficial de la Tierra, denominada litósfera es una capa rígida compuesta por material que puede fracturarse al ejercer una fuerza sobre él y forma un rompecabezas llamado Placas Tectónicas.
Estas placas viajan como “bloques de corcho en agua” sobre la Astenósfera, la cual es una capa visco-elástica donde el material fluye al ejercer una fuerza sobre él.
Estos desplazamientos aleatorios de las placas son debidos a movimientos convectivos en la capa intermedia de la Tierra o manto, esto es, material caliente del interior de la Tierra sube a la superficie liberando calor interno, mientras que el material frío baja al interior.
Este fenómeno provoca el movimiento de las placas y es justo en los límites entre placas, donde hacen contacto unas con otras, se generan fuerzas de fricción que mantienen atoradas dos placas adyacentes, produciendo grandes esfuerzos en los materiales.
Cuando dichos esfuerzos sobrepasan la resistencia de la roca, o cuando se vence la fuerza de fricción, se produce la ruptura violenta y la liberación repentina de la energía acumulada, generándose así un temblor que radia dicha energía en forma de ondas que se propagan en todas direcciones a través del medio sólido de la Tierra.