Ciencia

Efecto Coriolis: ¿por qué un vuelo de ida es más largo que el de regreso?

Los vuelos que se realizan hacia el hemisferio norte se apoyan de la trayectoria de las corrientes de aire que provoca el Efecto Coriolis para acelerar los viajes.

Volar sobre diferentes latitudes de la tierra implica que las aerolíneas y los pilotos de aeronaves deban adaptarse adecuadamente a las corrientes de aire provocadas por el Efecto Coriolis. [Fotografía. Shutterstock]

¿Alguna vez saliste de viaje y se te hizo más rápido tu viaje de ida a París, Francia, o Madrid, en España, pero más duradero el regreso? No es solo tu percepción. Este fenómeno en la industria de la aviación tiene su explicación y se debe a un fenómeno llamado Efecto Coriolis.

Esta fuerza o efecto imaginario se manifiesta cuando un cuerpo u objeto en movimiento se encuentra en un sistema de rotación, como es el caso del movimiento de rotación de la Tierra. El Efecto Coriolis en la Tierra sólo se presenta en todo aquello que se desplace sobre la superficie terrestre como suelen ser los flujos de aire o las corrientes marítimas.

El Efecto Coriolis fue descubierto por el científico francés Gaspard-Gustave Coriolis en 1836, mientras se dedicaba al estudio de los sistemas de coordenadas en movimientos rotativos. Comprender el Efecto Coriolis ayuda a entender diversos procesos geofísicos del planeta.

Gran parte de las trayectorias que realizan los vuelos de larga distancia se deben a este fenómeno. Los aviones, para cubrir sus rutas, deben considerar el movimiento rotativo de la tierra y las corrientes de aire que este genera para llegar más rápido y de forma eficiente a sus destinos.


¿Por qué los vuelos no son en línea recta?

Los vuelos internacionales no realizan sus vuelos en línea recta y esto se debe precisamente a la influencia del Efecto Coriolis. Se explica que cuando un objeto se mueve en línea recta en un sistema rotatorio, su trayectoria se desvía debido a la rotación continua del sistema de referencia.

En el sistema rotativo de la Tierra, los objetos que viajan hacia el hemisferio norte tienden a desviarse hacia la derecha, mientras que en aquellos que realizan una trayectoria hacia el hemisferio sur se desviarán hacia la izquierda. Un ejemplo de estos cambios de trayectoria se pueden observar en tormentas tropicales o huracanes.

Se debe tomar en cuenta que el Efecto Coriolis en la Tierra sólo tiene impacto en cuerpos a gran escala y que viajan a grandes velocidades. Sin embargo, el sistema rotativo del planeta crea fuerzas de viento llamadas corrientes en chorros, cuya velocidad aumenta o disminuye acorde a su cercanía al eje ecuatorial.

Estos flujos de aire, que viajan acorde a la rotación de la Tierra, son los que impactan en la trayectoria de los aviones y son los que pueden provocar un desvío. Por esta situación las aerolíneas optan por realizar viajes curvos.


Un ejemplo lo podemos observar en la ruta de Guadalajara-Denver. Las coordenadas geográficas de la capital jalisciense son 20°40′36″N-103°20′51″O, mientras que de la ciudad norteamericana son 39°44′21″N-104°59′05″O.

Ambas ciudades tienen una ubicación similar en sus coordenadas de longitud, por lo que se pensará que un viaje en avión en línea recta sería la más óptima. Sin embargo, las corrientes en chorros y la rotación de la tierra provocaría que el vuelo se desvíe hacia otro destino, por lo que una trayectoria curva entre ambas ciudades es la más adecuada.

¿Por qué duran más un vuelo que otro?

Las corrientes en chorro no sólo influyen en la trayectoria de los aviones, sino que estos tienen un impacto directo en la duración de los viajes. Estas corrientes, que viajan de oeste a este, se forman debido a las diferencias de temperatura entre masas de aire, y su dirección y velocidad están influenciadas por el Efecto Coriolis.

Los pilotos de avión en determinados viajes aprovechan estos flujos de aire para llegar más rápido a sus destinos y optimizar el combustible de las aeronaves. En sentido contrario, los pilotos deben planear sus trayectorias a contracorriente para evitar que los vuelos sean más duraderos.

Muchos de los vuelos que se realizan hacia el hemisferio norte se apoyan de la trayectoria de las corrientes en chorro para facilitar los vuelos hacia el este.

Un ejemplo sería un vuelo directo de la Ciudad de México hacia Madrid. La duración aproximada del viaje de ida es de 10 horas aproximadamente y su trayectoria suele pasar por varias ciudades estadounidenses. Mientras que el viaje de vuelta puede tener una duración aproximada de 11 horas y conforme se acercan al continente, procuran evitar las ciudades del este de Estados Unidos.

En las rutas que pasan mínimamente por las corrientes en chorro y que son a menor escala, no suele existir gran diferencia en el tiempo de vuelo, como puede ser un trayecto de Ciudad de México a Miami, cuya duración aproximada de ida y vuelta suele ser de 3 horas y 15 minutos.

Volar sobre diferentes latitudes de la tierra implica que las aerolíneas y los pilotos de aeronaves deban adaptarse adecuadamente a las corrientes de aire provocadas por el Efecto Coriolis.

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