La vida y la muerte están entrelazadas, una no existe sin la otra. Como cada año, México conmemora el Día de Muertos, un momento en que las familias montan altares coloridos para recibir las almas de sus seres queridos, quienes en estas fechas les visitan, según la tradición.
Las culturas originarias tenían distintos dioses y explicaciones sobre la muerte y el lugar de descanso de quienes fallecían. En la cultura maya, por ejemplo, existen 13 estratos que conforman el cielo, la tierra y el inframundo. Mientras que para la tradición mexica, las almas tenían como destino el Mictlán.
¿Qué es el Mictlán?
Empecemos por partes: la palabra Mictlán es náhuatl y significa “lugar de los muertos”. El guardián de este espacio es Mictlántecuhtli, “El señor de la mansión de los muertos”, así como la diosa de la muerte, Mictecacíhuatl.
Al Mictlán va a parar la esencia de las personas que mueren y, aunque es un lugar que se encuentra bajo tierra, esto no lo convierte en el infierno como creían los conquistadores españoles, pues no es un lugar de castigo sino solo el último lugar al que llegan las almas.
De acuerdo con la UNAM, el Mictlán consta de nueve niveles por los que las almas pasan.
- Apanoayan: Todos los fallecidos deben acceder por un río donde se encuentra un perro y los ayuda a pasar nadando a cuestas.
- Tepeme Monamictia: Lugar donde se encuentran dos montañas que chocan siempre una contra la otra
- Iztepetl: Significa cerro de obsidiana y como su nombre lo dice es un cerro erizado de cuchillos de pedernal
- Cehuecayan: Lugar donde hiela
- Itzehecáyan: Sitio donde sopla el viento de obsidiana; es decir, que corta como cuchillo de pedernal
- Teocoylehualoyan: Espacio donde un jaguar devora el corazón de la persona fallecida
- Apanhuiayo: Es un lago de agua negra donde se encuentra una lagartija llamada Xochitonal e intenta detener el paso del difunto
- Chiconauapan: Este es el último sitio para llegar al Mictlán. La persona fallecida llega a la orilla de un río
- Mictlán: El ultimo nivel al que llegan las almas.
Sin embargo, no todas las personas que mueren descansan en el Mictlán, pues su destino dependerá de las causas de su muerte, según las creencias, apunta la UNAM.
Por ejemplo, los guerreros mexicas y las mujeres que fallecen en el parto descansan en la morada del Sol (Tonatiuh Ilhuícac), hogar del dios Huitzilopochtli. Luego de unos años, ellos y ellas se convierten en colibríes y es en esta forma que pueden volver a bajar a la tierra, donde se alimentan del néctar de las flores.
El Tlalocan es el último hogar de las personas que fallecen ahogadas y de quienes son impactados por un rayo: este es lugar con un gran jardín verde y con flores. Aquí reina el dios Tláloc, de la lluvia.
El Chichihuacuauhco da hogar a los bebés que nacen muertos, así como a aquellos pequeños que no probaron alimentos sólidos. Este lugar tiene un árbol con frutos en forma de mamas que alimenta a las y los menores fallecidos. Estas almas esperan ahí un nuevo turno para volver a nacer.
Con información de Cultura UNAM.