Culturas

‘Dale, dale, dale’: ¿Por qué se rompen piñatas durante las posadas navideñas?

Las piñatas son uno de los elementos que no pueden faltar en las posadas navideñas por lo que representan.

Las piñatas son uno de los elementos esenciales en las posadas navideñas. (Shutterstock)

Las posadas navideñas comienzan este viernes 16 de diciembre, y con ello, algunas familias se reúnen para pasar un rato agradable, comer los antojitos típicos mexicanos, beber ponche y romper las tradicionales piñatas.

La tradición de romper la piñata llegó a México en el año 1586 (siglo XVI), cuando los frailes agustinos de Acolman de Nezahualcóyotl, en lo que actualmente es el estado de México, cerca de la zona arqueológica de Teotihuacán, recibieron la autorización del Papa Sixto V para celebrar las llamadas “misas de aguinaldo”, que más tarde se convertirían en lo que actualmente conocemos como posadas.

¿Qué representa partir la piñata?

La piñata original consiste en una olla de barro, a la cual se le agregó papel china de distintos colores para hacerla más vistosa y representar los placeres superficiales.

La tradición dice que la piñata debe tener forma de estrella con siete picos que simbolizan los pecados capitales y debían ser destruidos con los ojos vendados (haciendo alusión a que la fe es ciega), con la ayuda de un palo, que demuestra la virtud terminando con las tentaciones.


Los dulces, golosinas y la fruta —tejocotes, cañas, jícamas— que se encuentra dentro de la piñata representan las riquezas del reino de los cielos, por lo tanto la enseñanza que se acompañaba con fe y una sola virtud, podía vencer el pecado y recibir todas las recompensas del cielo, señala el Servicio de Información Agroalimentaria y Pesquera del Gobierno de México.

Y hablando de piñatas, ¿qué significan las posadas?

En la actualidad, las posadas hacen referencia a la peregrinación que María (la Virgen) y José realizaron para llegar a Belén, nueve días antes del nacimiento de Jesús, de acuerdo con la religión católica.

Durante el recorrido, María y José buscaron un lugar donde quedarse y pasar la noche, lo que da origen al término de “pedir posada” (refugio).

Las posadas navideñas comienzan cada 16 de diciembre y la última se celebra el 24 de diciembre, previa al día del nacimiento de Jesús.


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