Para hablar de América, cita una frase que Simón Bolívar le dijo a un grupo de europeos: "permítanos aquí crear nuestra propia Edad Media". La historia, dice, requiere tiempo. Y quizá no lo verá él mismo, pero la belleza de la patria a la que alude en una de sus canciones, es posible.
La mesura para hablar es distintiva de Rubén Blades. En su tono, en el ritmo, no en las ideas que expresa. Afirma que, con un nuevo paradigma de administración pública que acabe con la impunidad, los gobiernos en América Latina pueden mejorar, independientemente de su filiación de derecha o izquierda.
"El tiburón (título de uno de sus éxitos), es la imagen del imperialismo, lo mismo en China que Rusia, en cualquier país, no es Estados Unidos. El imperialismo se define por sus actos.Mira lo que está sucediendo en Nicaragua. Yo trato de mantenerme al margen de derechas o izquierdas, aunque siempre tratan de etiquetarme".
En conferencia de prensa previa a sus conciertos en la Ciudad de México, Blades habló durante más de dos horas de música, política, futbol, literatura y hasta fantasmas (su abuela y Lola, su madre, podrían caminar junto a él, bromea).
Blades, quien siendo un niño dejó con su familia la casa en Pueblo Nuevo, Panamá, porque había fantasmas, reconoce que los latinoamericanos no hemos tenido que inventar el surrealismo. Lo vivimos. "Eso es cosa de los europeos, para no aburrirse".
El creador de Hispania, una geografía alterna donde están el barrio de Sal si puedes, o el Solar de los aburridos, sitios a los que hace referencia en sus canciones, en las que cuenta historias lo mismo del guerrillero Juan González que de la enamorada Ligia Elena o el desesperado Pablo Pueblo, rechaza ser un músico político.
"La política es una responsabilidad de todos en cualquier sociedad organizada. No por ser músico se excluye esa responsabilidad". Su labor, dice, no es hacer política, es hacer país.
"No inventé el agua caliente. La primera vez que escuché canciones con comentario social fue en 1965, al Jongo Trio, de Brasil", recuerda quien grabó su primer álbum en 1969.
El autor de Buscando América, que juega bromas a sus "amigos intelectuales" como retarlos a distinguir sus versos, que alterna con los de Jorge Luis Borges, cuenta que la lectura de El rebelde y El mito de Sísifo, de Albert Camus, lo marcaron tanto, que no leyó nada más durante un año y medio. Así de poderosa es la literatura, reconoce quien acaba de escribir un guion cinematográfico con el novelista cubano Leonardo Padura.
Aunque no confirmó si lanzará una nueva candidatura presidencial, los conciertos de su actual gira sí forman parte de su despedida de los escenarios.
ACUDE
Qué: Rubén Blades con Roberto Delgado salsa Big Band
Dónde: Teatro Metropolitan. Independencia 90, Centro
Cuándo: Miércoles 16 y jueves 17, 20:00 horas
Localidad: $700 a$2,600
"Siempre quise divertirme, pasarla bien. No pienso en el éxito, todos y sobre todo los artistas, tenemos un ego, pero el ego enfermo es una señal de inseguridad que yo no tengo. Crecí rodeado de gente muy buena. En todo caso, el éxito nunca es logro de una sola persona y respecto a la música, el mérito lo llevan especialmente los músicos", concluyó el artista, que en los próximos meses lanzará un álbum en vivo con Wynton Marsalis y acaba de estrenar un disco con la voz de su alterna ego, Medoro Madera.
El director Abner Benaim lo acompañó en la conferencia. Su documental Yo no me llamo Rubén Blades, que filmó con el panameño durante dos años,se exhibirá este lunes en el museo del Chopo y el martes 15 en el Centro Cultural de España a las 19:00 horas como parte de la gira Ambulante.