Una lamentable noticia se dio a conocer este día que pone al mundo del deporte mundial de luto, luego de la pérdida de un atleta que hizo historia como lo fue Szilveszter Csollány, quien a la edad de 51 años dejó de ser parte de este mundo.
Ganador de la presea de plata en los Juegos Olímpicos de Atlanta ‘96 y en Sidney 2000 se quedó con el oro en la disciplina de anillas, el convencido deportista antivacunas tuvo una grave complicación de COVID que le arrebató la vida este día.
“He leaves a giant void in Hungarian sport and in the Hungarian Gymnastics society as a whole.”
— FIG (@gymnastics) January 25, 2022
Olympic, World and European #Artistic #Gymnastics champion Szilveszter Csollany has passed away.
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📷 Hungarian Gymnastics Federation pic.twitter.com/61d93PZbmT
Un espisodio más se une a esta lista de personajes emblemáticos que no creen en las medicina, pero cuando son elegidos por el virus, no tienen la fortaleza física y mucho menos las defensas adecuadas para evadir el bicho.
Szilveszter Csollány, después de analizar varias veces el someterse a la vacuna, tomó la decisión de hacerlo, ya que en su país natal, Hungría, las autoridades deportivas no permitían a ningún deportista tener actividad sin el esquema completo de vacunación.
British broadcaster Sky News breathlessly reported on the COVID death of “anti-vax” Olympic gold medallist Szilveszter Csollany, before admitting later in the article that he was vaccinated.https://t.co/FgJ3vcLMvw
— Paul Joseph Watson (@PrisonPlanet) January 25, 2022
Eso orilló al dos veces medallista olímpico a seguir el rumbo que la mayoría de personas en el planeta hizo para no afectar su estado de salud, mas la situación con el húngaro no fue como se esperaba y perdió la batalla en la ciudad de Sopron.
Según el medio húngaro Blikk, el atleta olímpico nunca ocultó su posición contraria a las vacunas ante el coronavirus, ya que por medio de sus redes sociales siempre fue un personaje escéptico ante esta situación.
Tal parece que Csollány fue detectado con COVID el pasado mes de diciembre, por lo que el día tres fue ingresado de inmediato al hospital por problemas de neumonía. Su estado empeoró y fue trasladado a un nosocomio de Budapest donde tenía que ser apoyado por un ventilador externo.