La Reina Isabel II tuvo un largo periodo al frente de la Corona Británica durante el cual asistió a un gran número de eventos deportivos entre los que sin duda, destaca la Copa Mundial de futbol de 1966 que ganó la anfitriona Selección de Inglaterra, aunque este no era su deporte favorito.
El primer evento deportivo al que asistió Isabel II tras su coronación en 1953 fue la final de la FA Cup de ese mismo año en la que Blackpool venció al Bolton Wanderers. “El futbol es un negocio difícil y los futbolistas son prima donnas. Pero es un juego maravilloso”, expresó alguna vez.
Nunca se supo con certeza cuál era su club favorito de futbol, pues siempre trató de ser neutral y ocultar su preferencia por algunos, pero se rumoraba que era seguidora del West Ham United. Sin embargo, el futbolista español Cesc Fábregas aseguró después de la visita del Arsenal al Palacio de Buckingham que la reina le confesó que era fan de los ‘Gunners’.
Isabell II patrocinó durante su reinado la Royal and Ancient Golf Club de St. Andrews, siguiendo la costumbre de los monarcas reinantes desde el Rey Guillermo IV en 1834, aunque no practicaba el golf.
Además, era patrona de la Rugby Football Union y la Welsh Rugby Union, entidades que regulan este deporte en Inglaterra y Gales. También encabezaba la All England Lawn Tennis and Croquet Club, la cual es anualmente anfitriona del Torneo de Wimbledon (solamente asistió tres veces al torneo pues tampoco le entusiasmaba mucho el tenis).
Los caballos, la gran pasión de la Reina Isabel II
De entre el futbol, el criquet, el rugby y el tenis, los deportes más populares en el Reino Unido, la equitación era el favorito de la Reina Isabell II, pasión heredada de familia.
Varias veces la reina británica manifestó su gran amor por el hipismo, pues era dueña de caballos pura sangre a los que criaba ella misma. En los últimos años, contó con más o menos 30 caballos propios, con un valor promedio de 40 mil euros cada uno y cuya manutención costaba a la Corona Británica cerca de un millón 200 mil euros al año, según El Confidencial.
De hecho, su hija, la Princesa Ana, ganó el campeonato European Eventing, celebrado en Burghley en 1971, montando al caballo Doublet. “La Reina ha criado tanto al caballo como a la jinete”, bromeó Terry Pendry, jefe de mozos, para la revista Vanity Fair.
Además de montar a caballo, a la Reina Isabel II le gustaba mucho apostar en carreras hípicas, por lo que solía informarse con noticias y estadísticas de carreras nacionales e internacionales. Se dice que ganó varios millones de libras esterlinas en las últimas tres décadas apostando a caballos.
Anualmente se realizaba en su honor la Royal Ascot, una jornada de carreras de caballos para la cual se imponía un código de vestimenta que exigía a los asistentes usar sombrero. El hipódromo de Ascot, en Inglaterra, era uno de los más visitados en Europa por este evento.
En los últimos años, debido a su edad, la Reina Isabel dejó de montar a caballos y solamente lo hacía en su poni de raza Fell llamada Fern.