En un foro de inversionistas de una plataforma de inversión mexicana que permite comprar acciones de Wall Street desde un celular y la cual ha superado el millón de usuarios, se suelen encontrar diversos comentarios que evidencian los primeros pasos de los usuarios en el mundo bursátil.
“¿Cómo ven esta acción, creen que vaya a subir?; ¿Qué hago vendo o espero?, !Díganme que no soy la única con ‘rojos’ en mi portafolio!; ¿sigo comprando más abajo para promediar?”, son algunas de las opiniones que se observan.
Muchos de estos comentarios van acompañados de imágenes de sus portafolios con minusvalías de doble dígito y hasta del 100 por ciento que harían perder la cordura a cualquier inversionista por lo rápido que ha sucedido.
Lo positivo de este frenesí es que más usuarios se están animando a invertir y poco a poco se van educando con experiencias reales.
Esta avalancha de inversionistas novatos se ha lanzado con frenesí al mercado de valores sin un análisis de su compra a detalle, ya sea fundamental o técnico sobre la empresa, conocer sus diferencias o entender cómo es que la compañía genera valor a sus inversionistas.
Invertir en el mercado de capitales en teoría es para aquellos participantes que tiene un horizonte de inversión de largo plazo y que están dispuestos a asumir fluctuaciones en sus carteras, aunque no en la magnitud evidenciada.
Sin embargo, motivados por ganancias rápidas y sin diferenciar el riesgo asumido, la ecuación riesgo/rendimiento está pasando de largo entre estos participantes que con algunas semanas o días se preguntan qué pasará con la empresa comprada.
Así, plataformas de inversión han logrado en cuestión de meses lo que muchas casas de bolsa han intentado por años, sin ese éxito, el de crecer el número de cuentas de inversión exponencialmente, aunque están lejos de los montos de los intermediarios financieros tradicionales.
“En efecto, es un avance enorme, pero sin conocimiento ni prudencia puede resultar catastrófico”, señaló Alberto Tovar, especialista en finanzas personales en su columna en El Financiero.
Enfatizó que esta contundente realidad y su relación con las redes es un paradigma por incorporar en la toma de decisiones en materia de inversiones personales, porque asigna una elevada especulación sin ningún sentido, más que la mera masa ovejuna actuando en forma coordinada en las redes. El riesgo es la total anarquía.