Con remesas recibidas por 43 mil millones de dólares en 2020, México fue el tercer país con mayor recepción y para este 2021 las expectativas son favorables una vez que se anticipa que los flujos hacia América Latina y el Caribe se mantengan dinámicos con un crecimiento de más de 4 por ciento, señala un reporte del Banco Mundial.
Aún con la crisis del COVID-19, en 2020 las remesas mantuvieron su resiliencia y las enviadas hacia los países de ingresos bajos y medios alcanzaron 540 mil millones de dólares, sólo 1.6 por ciento menores a los del 2019 y excedieron a los flujos de inversión extranjera directa. De cara al futuro, se esperan incrementos de 2.6 por ciento a 553 mil millones de dólares en 2021 y en un 2.2 por ciento a 565 mil millones en 2022.
“Las remesas se espera que crezcan dos veces más rápido en América Latina y el Caribe y en el sur de Asia, pero se espera que disminuya aún más en Europa y Asia Central, y se mantenga lento en África Subsahariana”, indica el reporte “Desafiando las predicciones, los flujos de remesas se mantienen fuertes durante la Crisis de COVID-19”, en el que ubica en el Top 5 de países receptores de remesas en dólares americanos a India, China, México, Filipinas y Egipto, en tanto que Estados Unidos fue la principal fuente de remesas.
México fue el tercer país con mayores remesas recibidas en 2020, del orden de 43 mil millones de dólares, después de India y China que captaron 83 y 60 mil millones de dólares cada una.
“Durante tiempos de crisis económica y desastres, los trabajadores migrantes ahorran y remiten una porción mayor de sus cheques de pago de lo que harían en tiempos normales. Los impactos de COVID-19 en los países y los daños ocasionados por los huracanes Etta e Iota también contribuyeron al aumento de los flujos de remesas en Centroamérica. México recibe la mayor cantidad de remesas en la región, pero las remesas como porcentaje del PIB son las más altas en el Caribe y América Central”, explica el documento.
Otra razón del aumento en el volumen de remesas es el cambio de los canales informales a los formales. Debido a las medidas de contención y las restricciones transfronterizas, no fue posible llevar efectivo físicamente a México y los municipios cercanos a la frontera vieron un aumento en las remesas registradas y en la cantidad de cuentas bancarias abiertas desde el comienzo de COVID-19.
“Los flujos de remesas a México se mantuvieron y siguieron creciendo en parte porque los migrantes fueron empleados en sectores esenciales durante el cierre estadounidense de abril y mayo de 2020. La posterior mejora en la situación del empleo en los Estados Unidos, aunque no a los niveles anteriores al COVID-19, apoyó el aumento de los flujos de remesas”, señala.
Las remesas hacia América Latina y el Caribe crecieron 6.5 por ciento a 103 mil millones de dólares, representando 19 por ciento del monto total para los países de ingresos bajos y medios. Para 2021 y 2022 se estima un crecimiento de 4.9 por ciento y 4.0 por ciento en las remesas hacia los países latinoamericanos, el doble de la tasa prevista para el conjunto de países de 2.6 y 2.2 por ciento, respectivamente.
Comisiones, aún lejos de la meta para el 2030
Para mantener en crecimiento la recepción de remesas, el Banco Mundial recomienda esfuerzos para bajar las comisiones por envío, mismas que continuaron en promedio arriba de 6.5 por ciento en el cuarto trimestre del 2020, más del doble de la meta de 3.0 por ciento planteada en la Agenda de Desarrollo Sustentable para el 2030. En la región de América Latina y el Caribe, el promedio de comisiones en el cuarto trimestre del 2020 fue de 5.6 por ciento.