Por segundo año consecutivo México cayó en el ranking de Competitividad Mundial de la IMD Business School. En la edición 2021 bajó al sitio 55 desde el 53 entre un total de 64 economías analizadas, debido a factores sobre la eficiencia en la legislación para los negocios, educación, e infraestructura tecnológica.
“Mejorar el entorno empresarial, menor incertidumbre y mejor marco de justicia, seguridad y democracia”, fueron parte de los retos que México debe enfrentar según el reporte, en el que también reconoce la necesidad de implementar políticas rápidas económicas, sociales y de salud para una recuperación acelerada de los efectos de la pandemia de Covid-19.
“Promover un mayor crecimiento del PIB de entre 3 a 4 por ciento, promoviendo el crecimiento del mercado interno a través de la innovación: mercados mexicanos para productos mexicanos; mejorar la relación con las economías relevantes del mundo y promover reformas estructurales en educación y energías limpias”, agrega el documento.
De los cuatro pilares que componen el índice, en desempeño económico el factor más débil fue el comercio internacional (lugar 56); en eficiencia gubernamental, la legislación para los negocios cayó al sitio 62 desde el 58 el año anterior, y estuvo a dos lugares del último puesto de todo el ranking, y lo mismo ocurrió con el factor de educación dentro del pilar de infraestructura. Respecto a la eficiencia de los negocios, el de acceso a financiamiento se ubicó en el lugar 55.
Energía, el talón de Aquiles
Sobre el tema, el Instituto Mexicano para la Competitividad (IMCO) recomendó volver a una política de competencia en el sector energético.
“Me parece generoso el comentario de IMD de ‘crear mercados mexicanos para los productos mexicanos’, eso implica dejar de castigar fiscalmente al que produce o trabaja formalmente, y volver a una política de competencia que permita la participación de empresas de todo el mundo, especialmente en electricidad y energía”, dijo Manuel Molano, economista en Jefe del IMCO.
En este sentido, explicó que las empresas productivas del Estado requieren reformas internas para poder participar en un mercado competido, y no cerrar el mercado para ellos.
“CFE y Pemex están teniendo problemas y necesitan reformas internas para enfrentar a los competidores, mismas que el sindicato y la burocracia no quieren hacer”, apuntó a El Financiero.