México fue el noveno país del mundo que recibió mayor cantidad de inversiones extranjeras durante 2020, lo que representó una mejoría respecto al catorceavo lugar que se obtuvo en el ranking de 2019, reveló un reporte de la Conferencia de las Naciones Unidas sobre Comercio y Desarrollo (UNCTAD).
Este resultado toma relevancia ya que, debido a la pandemia del Covid-19, los flujos de Inversión Extranjera Directa (IED) se redujeron en un 35 por ciento a nivel mundial, al pasar de 1.5 a 1 billón de dólares.
A pesar de la mejoría que se presentó en el ranking general, el país no fue inmune a las adversidades que generó la pandemia, ya que los flujos foráneos que recibió México fueron 14.7 por ciento inferiores a los observados en 2019, ya que durante ese año el país captó 34 mil millones de dólares, mientras que un año después, la cifra ascendió a 29 mil millones de dólares.
Para Jesuswaldo Martínez, investigador económico del Instituto Belisario Domínguez, la entrada de México al Top 10 se debió más a que otros países sufrieron importantes caídas en su recepción de IED, “por lo que lo más destacable del reporte de la dependencia de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) es que México supo contener mejor la situación que otros países”, indicó.
Detalló que hubo economías que registraron importantes desplomes en la recepción de IED, “las inversiones extranjeras en Brasil cayeron alrededor de 60 por ciento, en Estados Unidos disminuyeron en 40 por ciento y en China, la caída fue de 5 por ciento”, indicó.
Reinvierten
Por otra parte, Jorge Molina Larrondo, especialista en políticas públicas y comercio internacional del Tec de Monterrey, explicó que la lectura del reporte de la UNCTAD se debe tomar con cautela, ya que solo un 22 por ciento de las inversiones extrajeras registradas ante la Secretaría de Economía fueron catalogadas como nuevas inversiones, mientras que el 55.4 por ciento fueron reinversión de utilidades y otro 22.6 por ciento fueron cuentas entre compañías.
“Durante la pandemia, el Gobierno federal no apoyó al sector privado, por lo que las empresas extranjeras que operan en México se enfrentaron a créditos escasos y caros, y como sus ventas estaban muy restringidas y escasas, encontraron como única alternativa recurrir a los fondos de su propia cartera y su empresa matriz en el extranjero”, señaló.
De esta forma, las inversiones extranjeras que recibió México durante el año pandémico se destinaron a mantener las operaciones de las empresas que ya estaban instaladas en el país, pero no hubo el anuncio de nuevos grandes proyectos, agregó Larrondo.
Sin embargo, como punto a favor, el especialista agregó que el Tratado entre México, Estados Unidos y Canadá (T-MEC) otorgó certeza jurídica y certidumbre, lo que propició un ambiente de tranquilidad para que las empresas sigan confiando en el país.
Recuperación en puerta
Luis Güemez, docente de la CETYS Graduate School of Business, señaló que México fue atractivo para la recepción de IED en 2020, lo que será una buena señal hacia el futuro, y recordó que la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) ubicó a México dentro del Top Ten de naciones que recibieron mayor IED durante 2020.
“Si bien, la pandemia de Covid-19 ha provocado diversos efectos negativos en la economía global, decrecimiento, índices altos de inflación e incluso deflación, ser parte de este Top Ten es un aliciente para la recuperación económica del país, pero se necesita un ecosistema favorable para la inversión y Estado de Derecho”, indicó Güemez.
Agregó que la entrada de México al Top Ten se debió a la crisis económica en un sistema globalizado y a las estimaciones financieras a gran escala.
Los países que superaron a México fueron Estados Unidos (156 mil millones de dólares), China (149), Hong Kong (119), Singapur (91), India (64), Luxemburgo (62), Alemania (36) e Irlanda (33).
Las tendencias de la IED en 2020 variaron significativamente según la región. Las regiones en desarrollo y las economías en transición se vieron relativamente más afectadas por el impacto de la pandemia en la inversión en actividades basadas en recursos e intensivas en cadenas de valor mundiales.
Las asimetrías en el espacio fiscal para el despliegue de medidas de apoyo económico también generaron diferencias regionales.
Los flujos de IED hacia Europa se redujeron en un 80 por ciento, mientras que los de América del Norte cayeron de forma menos pronunciada (40 por ciento).
La caída de los flujos de IED en las regiones en desarrollo fue desigual, con un 45 por ciento en América Latina y el Caribe y un 16 por ciento en África.
Por el contrario, los flujos hacia Asia aumentaron un 4 por ciento, siendo Asia oriental la principal región receptora, que representó la mitad de la IED mundial en 2020.
La UNCTAD estimó que este año podría haber un panorama más alentador, ya que los flujos foráneos a nivel mundial se podrían elevar entre 10 y 15 por ciento. Esto todavía dejaría a la IED un 25 por ciento por debajo del nivel de 2019.
“Las perspectivas son muy inciertas y dependerán, entre otros factores, del ritmo de recuperación económica y la posibilidad de recaídas pandémicas, el impacto potencial de los paquetes de gastos de recuperación sobre la IED y las presiones políticas”, dijo la dependencia de la ONU.