El Banco de México (Banxico) ‘rompió las quinielas’ el jueves al aumentar sorpresivamente la tasa de interés en 25 puntos base, contrario a lo esperado por la mayor parte del mercado.
Con esto, el referencial se ubica en 4.25 por ciento con efectos a partir del 25 de junio de 2021.
Dos miembros de la Junta de Gobierno votaron por mantener la tasa sin cambios y reconocieron que la cadena de suministro se ha visto afectada por la pandemia.
Banxico señaló en su comunicado que las expectativas de inflación han vuelto a subir.
El Banco Central tiene como mandato único la estabilidad de precios y cuenta con un rango objetivo de una inflación de 3 por ciento +/- un punto porcentual.
“Las expectativas de inflación general y subyacente en 2021 volvieron a aumentar y las de mediano y largo plazos se mantuvieron relativamente estables en niveles superiores a la meta de 3 por ciento. Ahora se estima que la inflación general converja a la meta de 3 por ciento en el tercer trimestre de 2022″, señaló el ente central en su comunicado.
La inflación, que el Banxico tiene como mandato mantenerla baja y estable, se ubicó en 6.02 por ciento en la primera quincena de junio, esta cifra es la más alta desde la segunda quincena de abril de este año.
La variación estuvo impulsada por los precios en los servicios debido a la reapertura paulatina de la economía.
El Banco Central, en su comunicado de política monetaria, reforzó su postura a fin de evitar afectaciones en las expectativas de inflación.
“La junta tomará las acciones necesarias con base en la información adicional, a fin de que la tasa de referencia sea congruente con la convergencia ordenada y sostenida de la inflación general a la meta de 3 por ciento en el plazo en el que opera la política monetaria”, apuntó.
La última encuesta de expectativas publicada por Citibanamex prevé que al cierre del año la tasa de referencia se ubique en 4 por ciento, otras instituciones financieras como Barclays, Banorte y Santander proyectaron un incremento que podría darse, posiblemente, en septiembre.
En ese sentido, ninguno de los 29 analistas esperaba este ajuste.
A finales de año, el actual gobernador del Banco, Alejandro Díaz de León, dejará su puesto y le reemplazará, previa aprobación del Senado, el actual secretario de Hacienda, Arturo Herrera.
Algunos analistas han señalado preocupaciones de que el Banco Central, a raíz del cambio en su titular y con una mayoría de miembros en la Junta de Gobierno nominados por el presidente López Obrador, comience a mirar más el crecimiento económico como factor para sus decisiones de política monetaria, pese a que el PIB no es parte de su mandato.
En el anuncio de este jueves, el Banxico parece ‘zanjar’ estas dudas.
En una operación normal de la economía, cuando la inflación está fuera del rango objetivo, se espera que el Banco Central suba la tasa de interés, de tal forma que tenga un impacto en el consumo y por ende en los precios.
Sin embargo, un alza en la tasa de interés puede conllevar un golpe al crecimiento económico.
¿Presiones inflacionarias?
En los últimos meses los niveles de inflación se han colocado fuera del rango objetivo fijado por el Banco Central.
En la reunión de política monetaria de mayo, los miembros de la Junta de Gobierno consideraron que las expectativas de inflación para 2021 van al alza. “Se prevé un aumento de la inflación general en los próximos meses. Esta resentirá transitoriamente los efectos aritméticos asociados a la reducción en los precios de los energéticos del año pasado”, coincidieron.
Además, identificaron como riesgo para los mercados financieros posibles sorpresas inflacionarias.
Previamente, en abril, el subgobernador del Banco Central, Gerardo Esquivel, aseguró que este índice “no está fuera de control ni se mantendrá en niveles elevados por un tiempo prolongado”, y subrayó que se espera que en julio vuelva a estar dentro del rango del Banxico.
En tanto, el último Informe Trimestral correspondiente a los meses de enero y marzo, el Banco Central enfatizó que, pese a las presiones inflacionarias recientes, el nivel general de precios convergerá hacia la meta del 3 por ciento hacia el segundo trimestre del año entrante.
Inicia ciclo de alzas
Para los analistas, el ajuste monetario da la pauta para mayores aumentos en la tasa hacia delante. Jorge Gordillo, director de análisis económico y bursátil de CIBanco, opinó que Banxico habría realizado este ajuste al alza para anticiparse a los mensajes que vendrían por parte de la Reserva Federal (Fed) en lo que resta de este 2021, pero, con esta última decisión, el mercado presionará a la autoridad monetaria para iniciar el ciclo de alzas, y prevé que en este año la tasa cierre en 4.5 por ciento.
Carlos González, director de análisis y estrategia bursátil de Monex, coincidió en que esta decisión “es un indicio de que la autoridad monetaria esté pensando en el inicio del ciclo de alzas a la tasa, y el entorno apunta a que podríamos estar viendo más incrementos y antes de lo previsto”, aseveró.
Alejandro Saldaña, economista en jefe de Ve Por Más, dijo que, contra todo pronóstico se produjo este ajuste, por lo que no sería de extrañarse que este sea el inicio del ciclo de alzas, aunque, sostuvo que en las próximas decisiones también se verían opiniones divididas, tal como se vislumbró en esta última votación.
Analistas de Banorte ajustaron su pronóstico para la tasa de referencia en 2020, y ahora estiman que cierre en 5.5 por ciento, desde el 4.5 por ciento de la estimación anterior.
‘Ola’ de optimismo económico
A medida que se dio a conocer el dato de actividad económica en México durante el primer trimestre, Banxico se unió a esta ronda de pronósticos para el comportamiento de la economía.
En ese sentido, planteó sus previsiones para el Producto Interno Bruto (PIB) del país en tres escenarios.
En el panorama central se prevé que la economía nacional avance 6 por ciento en 2021. En el escenario más optimista, el alza podría ser de 7 por ciento, mientras que en el extremo pesimista, el rebote sería solo de 5 por ciento.
Joel Virgen, economista en jefe de Out of the Box Economics, indicó que el alza en la tasa no implicaría que las condiciones monetarias dejen de ser favorables a la recuperación económica, pues seguirán siendo laxas. “Fue un movimiento preventivo, lo importante aquí era actuar para anclar las expectativas de inflación antes de que se contaminaran las de mediano plazo”.
Para Gordillo, el efecto que se consigue aumentando la tasa no es tan significativo para frenar la inflación; lo que está haciendo es dar un poco más de premio a las inversiones financieras para que no se vayan y evitar presiones al peso.
*Con información de Diego Caso y Guillermo Castañares.