Economía

¿México necesita comprarle más refinerías a EU? Esto dice Guillermo García

El especialista de Texas A&M University indicó que el Gobierno mexicano quiere tener más control del sector energético.

Guillermo García, especialista de Texas A&M University. (Especial)

Guillermo García Sánchez, catedrático en la Escuela de Leyes de la Universidad de Texas, reflexionó en La Silla Roja sobre si México necesita comprar refinerías en Estados Unidos.

“Lo que necesita México es comprar más refinerías en Estados Unidos donde se incluya la petroquímica, (la refinería Deer Park) no incluyó petroquímica fue pura refinación de gasolina y diesel“, dijo en en entrevista con Enrique Quintana, Víctor Piz y Leonardo Kourchenko.

“En petroquímica sí hay un mercado a largo plazo donde puede continuar, no tanto como es el caso de las gasolina. El Gobierno mexicano lo que quiere es tener mucho mayor control del sector, cuando lo vemos desde un control centralizado y no como importación-exportación, las cosas empiezan a cuadrar más, la ley de hidrocarburos, es un ejemplo, se está proponiendo dar facultades a Sener para tomar instalaciones, gasoductos, almacenamientos del sector privado, ahí hay una posible violación, me parece discriminatoria”, detalló el especialista.

El experto añadió que Talos Energy tendría la posibilidad de iniciar un arbitraje internacional en contra de México, luego de que la Secretaría de Energía (Sener) asignó a Pemex la operación del yacimiento marino compartido Zama.


“Talos podría iniciar un arbitraje internacional en contra de México bajo el T-MEC porque a final de cuentas la decisión de Sener no es una decisión que realmente esté basada en cuestiones técnicas, sino que pareciera que está basada en una visión del Estado mexicano de que Pemex y la Comisión Federal de Electricidad (CFE) y el sector eléctrico tengan mucho mayor control de los recursos nacionales, y eso se podría considerar a nivel internacional como trato discriminatorio”, dijo el especialista en La Silla Roja de El Financiero-Bloomberg.

En este sentido, el jurista planteó que los inversionistas tienen incertidumbre por las reformas realizadas a las leyes de la industria eléctrica y de hidrocarburos.

“Cuando un inversionista va a invertir a otro país, lo que los tratados le dicen es: ‘te prometemos que el Estado receptor de la inversión te va a dar un trato justo, equitativo y no discriminatorio; esto, para que puedas venir con la calma necesaria, meter el dinero y sepas que si las cosas salen mal, tienes un arbitraje contra el Estado para reclamar”, mencionó García, quien es el tercer mexicano en obtener un doctorado en ciencias jurídicas en la Universidad de Harvard.

Trato justo

Señaló que garantizar un trato justo es muy importante en el sector energético porque la inversión en plataformas y ductos, por ejemplo, ya no se puede retirar.

“Nada más un pozo de exploración cuesta 100 millones de dólares y para hacer un desarrollo viable tienes que hacer entre siete y ocho pozos. Son casi 800 millones de dólares nada más para ver si vale eventualmente construir una plataforma y desarrollarla; ¿vas a meter tu dinero ahí si crees que eventualmente te lo van a quitar? Ningún inversionista iría a invertir en esas condiciones”, destacó el académico.

Agregó que si bien no todos los inversionistas presentan demandas internacionales cuando reciben un trato injusto, los que se quedan dejan de desembolsar lo planeado.

“En Venezuela, en la apertura petrolera de los años 90, se hicieron 38 contratos. En 2007, se realizaron reformas y se hicieron arbitraje con dos de los 38 contratos, pero que te quedes no quiere decir que le vas a meter más dinero, ni que vas a hacer la mejor inversión a largo plazo. Hoy la producción de Venezuela está en los hoyos”, expuso.

“Lo que puede pasar en México es que vas a espantar no solo a los nuevos inversionistas, sino a los actuales que ya no van a tener interés en mantener sus inversiones porque se centraran en recuperar lo que más puedan de lo perdido”, agregó.

Apuntó que aún no hay una definición clara de lo que el gobierno llama soberanía energética, ya que a veces parece que busca depender menos de los recursos extranjeros, pero a veces parece que solo quiere mayor control sobre el sector.

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