México dio el primer paso en lo que podría convertirse en un choque de cornamentas con Estados Unidos por interpretaciones divergentes de la letra del T-MEC.
La Secretaría de Economía informó ayer sobre la solicitud de una consulta con las autoridades comerciales de Estados Unidos acerca de discrepancias que se tienen en la interpretación del apartado de reglas de origen para el sector automotriz en el tratado.
“México ha identificado una posición divergente entre nuestros gobiernos con relación a la interpretación de las disposiciones sobre reglas de origen para el sector automotriz”, indicó la Secretaría de Economía en la solicitud de consulta enviada a Estados Unidos el 20 de agosto, según un comunicado.
La funcionaria declaró previamente que no concuerda con la interpretación que tiene EU del apartado para dicho sector. En la solicitud, México apunta a “metodologías alternativas” contempladas dentro del tratado para calcular valor de contenido regional, que debe ser de 75 por ciento para vehículos de pasajeros y camiones ligeros.
El tratado plantea las consultas como procesos que buscan solucionar un problema sin activar mecanismos más tensos, como lo sería un panel de resolución de controversias.
Ambos gobiernos tendrán 75 días para solucionar la controversia en la etapa de consulta. Si ambas partes no alcanzan un acuerdo que las satisfaga, México podrá solicitar la creación de un panel que resuelva el asunto.
Las consultas “constituyen la etapa no contenciosa del mecanismo general de solución de controversias que prevé el T-MEC”, según el comunicado.
El gobierno mexicano anexó al comunicado la solicitud de consulta, la cual está dirigida a la representante comercial de Estados Unidos, Katherine Tai.
“Esta solicitud se realiza con la finalidad de evitar o resolver una posible controversia sobre la manera en la que el Gobierno de los Estados Unidos de América, por su interpretación, está imponiendo ciertos requisitos a los productores de vehículos automotores que son incompatibles con el texto del T-MEC y las Reglas Uniformes”, apuntó México.
En la solicitud, México apuntó a “metodologías alternativas” contempladas dentro del tratado comercial para calcular valor de contenido regional.
El gobierno mexicano recordó que el apéndice al anexo 4-B del T-MEC contiene requisitos que los vehículos de pasajeros y camiones ligeros debe reunir para calificar de originarios y ser comercializados en América del Norte libre de aranceles.
Uno de ellos es un valor de contenido regional del 75 por ciento de todas sus partes y componentes y el 75 por ciento en el caso de las partes que se consideran “esenciales”.
Al respecto, Juan Carlos Baker, socio fundador de Ansley Consultores, y exsubsecretario de Comercio Exterior, ve pocas probabilidades de que el asunto se resuelva sin activar un panel.
“Muy pocas veces esas consultas realmente solucionan el problema. Casi siempre es la primera etapa de un proceso de solución de controversias”, opinó.
Al respecto, Jorge Molina, profesor de comercio internacional en el ITESM, tampoco ve una ruta corta hacia la resolución del asunto.
“Lo que podemos esperar es que EU se va a llevar esto, literalmente, hasta la última consecuencia”, indicó en entrevista aparte.
Es posible acuerdo
Al respecto, Moisés Zavaleta, director de Estrategia en Ansley Consultores y uno de los negociadores del T-MEC en materia de reglas de origen, considera que es posible que se logre un acuerdo en una consulta “si hay voluntad por las partes”.
No obstante, las reglas de origen en el sector automotriz son tema delicado tanto para México como para EU y que ya se trató en reuniones previas sin acordar nada concreto.
“Obviamente es importante, porque cualquier número que le puedas mover al valor de los materiales implica que puede ser más difícil alcanzar el valor de contenido regional establecido en el tratado para vehículos”, explicó Zavaleta.
Aunque la consulta se daría entre México y Estados Unidos por el momento, cabe la posibilidad de que Canadá se involucre. Al ser también uno de los principales proveedores de la industria automotriz estadounidense, pues su interés es fuerte.
Una ruta larga
El T-MEC establece las consultas como un mecanismo para solucionar controversias de manera potencialmente rápida. Sin embargo, el camino es prolongado, explicaron los expertos, y si la consulta no resuelve nada, podría prolongarse todavía más.
El tratado dicta que Estados Unidos tendrá que responder formalmente a la petición de México, y ambas partes deberán iniciar la consulta a más tardar dentro de 30 días después de que se hizo la solicitud inicial.
Ambos gobiernos tendrán 75 días a partir de la fecha original de la solicitud, para solucionar la controversia en consulta. Si no se alcanza un acuerdo mutuamente satisfactorio, México podrá solicitar la creación de un panel.
Dicho panel estaría compuesto por cinco personas: dos representantes mexicanos y dos estadounidenses. El quinto −que lo preside− tendrá que ser electo en 15 días por ambas partes. De no lograrse, una de las partes −determinada por sorteo− tendrá cinco días para escoger a un presidente que no sea ciudadano de su país.
Con información de EFE y César Cantú.