La inflación siguió presionando los precios tanto de los cárnicos como de la tortilla durante la primera quincena de agosto, generando un encarecimiento que no se veía en más de cinco años en algunos casos.
La carne de cerdo vio una inflación interanual de 18.5 por ciento en la primera mitad de agosto, según datos del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi). La última vez que el precio del puerco subió tanto fue en noviembre de 2014.
El panorama es parecido para la carne de res. Su precio subió 11.1 por ciento a tasa anual en el mismo período. Para encontrar un dato de inflación semejante, hay que retroceder hasta octubre de 2015.
El pollo se encareció también, registrando una inflación de 14.4 por ciento. Sin embargo, en este caso hay que retroceder solo hasta junio de este año para encontrar un encarecimiento similar.
La tortilla de maíz registró una inflación intermensual de 15.1 por ciento, su dato más alto en casi una década.
Juan Carlos Anaya, director general del Grupo Consultor de Mercados Agrícolas (GCMA), considera que “llevará un tiempo que baje la inflación”, pues la demanda en el mercado sigue desestabilizada por la reapertura pos-COVID. Además, los precios internacionales siguen elevados en general.
“La primera quincena subió la tortilla y las proteínas [...] por incrementos de los precios de maíz y la carne por mayor demanda y precios de mercado internacional altos”, comentó.
La inflación continúa presionando el precio de los alimentos. El índice de precios para productos agropecuarios subió 8.7 por ciento interanual en la primera quincena de agosto, una aceleración respecto al dato de la primera quincena de julio. La inflación para frutas y verduras fue de 5.7 por ciento y de 11.3 por ciento para productos pecuarios.