La Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP) prevé que para el próximo año el déficit público representará el 3.1 por ciento del Producto Interno Bruto (PIB), de acuerdo con los Criterios Generales de Política Económica establecidos en el Paquete Económico 2022.
Dicha cifra sería la más alta (como porcentaje del PIB) desde el 2016, cuando fue de 3.3 por ciento, es decir, una disminución de 0.2 puntos porcentuales.
El balance presupuestario estimado para el 2022 es de menos 875.6 millones de pesos, lo que representaría un incremento de 17.6 por ciento, respecto a lo aprobado en el 2021.
Para el caso de los ingresos presupuestarios se proyectan 6 mil 172.6 millones de pesos, un alza de 7.5 por ciento, es decir, un 21.9 por ciento del PIB.
En su interior, los ingresos petroleros aumentarían 11.9 por ciento y los no petroleros 6.6 por ciento, según estiman en su documento.
Por su parte, en el gasto neto pagado se proyectan 7 mil 48.2 millones de pesos para el siguiente año, equivalente a un incremento de 8.6 por ciento respecto a lo aprobado en el 2021, y que representa el 25.1 por ciento del PIB.
De manera desagregada, el gasto programable pagado del gobierno federal es de 5 mil 207.3 millones de pesos, un alza del 9.6 por ciento, y para el no programable se adelanta que será de mil 841 millones de pesos, y un incremento de 5.8 por ciento.
“En el contexto de la pandemia de COVID-19 y la crisis financiera del 2008, ha quedado de manifiesto la necesidad de encaminar el manejo de las finanzas públicas en un horizonte de mediano plazo desde una perspectiva global, que conjugue el manejo responsable y sostenible de la deuda pública con una gestión eficiente de los activos financieros del Gobierno Federal, enmarcado en una correcta administración de los 15 riesgos financieros a los que están sujetos las finanzas públicas, minimizando el costo de oportunidad de las disponibilidades financieras y buffers de liquidez”, destacó la SHCP.
Añadió que para 2022, “la política de gestión de activos se enfocará en el desarrollo de las herramientas necesarias para implementar un marco general para el manejo global de activos y pasivos del Gobierno Federal”.
Lo cual “permita a la Secretaría de Hacienda y Crédito Público identificar posibles desequilibrios que puedan afectar la estabilidad de las finanzas públicas, solidificar el balance del Sector Público, y contar con buffers de liquidez para la aplicación de políticas fiscales contracíclicas, reduciendo el impacto de choques adversos en la economía y el bienestar de la población”.