La inflación alcanzará su pico más alto hacia finales del 2021 para regresar a los niveles previos a la pandemia a mediados del 2022, tanto en las economías avanzadas como en los mercados emergentes, según estimados del Fondo Monetario Internacional (FMI).
Aunque el organismo reconoce factores que podrían desestabilizar estas expectativas, señala que mantener una comunicación clara combinada con políticas monetarias y fiscales adecuadas a los contextos de cada país evitaría los temores inflacionarios.
“Interrupciones prolongadas de la oferta, choques de precios de las materias primas y de la vivienda; gastos a más largo plazo, podrían llevar a una inflación significativamente más alta que la predicha en el escenario base. Sin embargo, una comunicación clara, combinada con políticas monetarias y fiscales adecuadas adaptadas a los contextos específicos de cada país, podría evitar que los ‘temores de inflacióni desbaraten las expectativas de inflación”, señala en el Capítulo 2 de su informe Perspectivas Económicas Mundiales (WEO) de octubre.
De cara al futuro, se prevé que la inflación general alcance su punto máximo en los últimos meses de 2021 y se espera que vuelva a los niveles anteriores a la pandemia para mediados de 2022 tanto para las economías avanzadas como para los grupos de países de mercados emergentes, y con riesgos inclinados al alza.
Una pregunta clave es qué combinación de condiciones podría causar un repunte persistente de la inflación, incluida la posibilidad de que las expectativas se desanclen y ayuden a desencadenar una espiral ascendente de precios autocumplida.
El aumento de los precios de las materias primas y los cuellos de botella de la cadena de suministro están ejerciendo una presión al alza sobre las tasas de inflación general. Además, la naturaleza sin precedentes de la recuperación actual ha planteado dudas sobre cuánto tiempo llevará a la oferta ponerse al día con la demanda acelerada.
Estas incertidumbres están alimentando las preocupaciones de que la inflación pueda sobrepasar persistentemente los objetivos del banco central y desanclar las expectativas, lo que lleva a una espiral inflacionaria autocumplida.
El análisis del capítulo 2 del WEO sugiere que probablemente no será el caso. Aunque los hallazgos generales implican un aumento en la inflación general tanto en los mercados avanzados como en los emergentes, se espera que disminuya a rangos prepandémicos para mediados de 2022 en la línea de base.
“La pandemia ha desencadenado grandes movimientos de precios en algunos sectores, en particular alimentos, transporte, ropa y comunicaciones. Sorprendentemente, la dispersión o variabilidad de los precios entre sectores hasta ahora ha permanecido relativamente moderada según los estándares históricos recientes, especialmente en comparación con la crisis financiera mundial. La razón es que los cambios en los precios de los combustibles, los alimentos y la vivienda después de la pandemia son relativamente menores y de menor duración, que son los tres componentes más importantes de las canastas de consumo, en promedio”.