En caso de que la iniciativa de reforma eléctrica del presidente Andrés Manuel López Obrador llegue a ser aprobada, se generarían mayores obligaciones de inversión para la Comisión Federal de Eléctricidad (CFE).
De acuerdo con un estudio realizado en el Instituto Mexicano para la Competitividad (IMCO), si la CFE tiene un mayor porcentaje de participación en el Sistema Eléctrico Mexicano, será necesario incrementar su presupuesto en inversiones, de lo contrario, las limitaciones podrían resultar en apagones.
A manera de contexto, el consumo eléctrico de México aumenta 3 por ciento cada año, por lo que son necesarios alrededor de 60 mil millones de pesos de inversión para poder mantener este crecimiento, sin embargo, esta cifra es muy superior a las inversiones totales que ha realizado CFE, ya que entre 2016 y 2020 se han destinado menos de 30 mil millones de pesos anuales para este fin, según datos de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP).
De acuerdo con la iniciativa presidencial, la CFE tendría que hacerse cargo de la generación del 54 por ciento de la energía de todo el país; actualmente esta cifra es de 38 por ciento, mientras que el 62 por ciento restante está en manos de empresas del sector privado.
Esos 16 puntos porcentuales de diferencia, requerirán cuantiosas inversiones, aún echando a andar toda la infraestructura existente.
Reacción en cadena
Al respecto, Jesuswaldo Martínez, investigador económico del Instituto Belisario Domínguez, señaló en entrevista que si los cálculos económicos y políticos de la reforma no son precisos, se puede afectar el nivel de costos en la producción de la electricidad, las tarifas al consumo, el nivel de subsidios y los requerimientos de inversión pública en el sector, especialmente si se busca el fortalecimiento de las empresas productivas del Estado.
“Todo ello representaría un fuerte impacto presupuestal de la reforma, pero también podría generar un entorno que afectaría la competencia y la inversión privada, aquí no solo en el sector, sino que podría extenderse a otros mercados”, dijo.
Apuntó que para valorar el efecto que tendría la reforma en las finanzas públicas es importante tener en cuenta lo que advirtió la Agencia Internacional de Energía sobre la necesidad de invertir mayores recursos en el sector, pues la demanda de electricidad va a continuar en ascenso y la oferta requerirá de fuertes inversiones, tanto públicas como privadas.
“Ante las presiones de la demanda, el Estado debería procurar un entorno de certidumbre para asegurar la participación de empresas en proyectos de inversión en las que el sector público no cuenta con solvencia técnica y presupuestal”, apuntó.
Subsidios necesarios
Jorge Sánchez, director de Investigación Aplicada de la Fundación de Estudios Financieros (Fundef), resaltó que la reforma eléctrica podría tener un impacto negativo en las finanzas públicas porque para que la electricidad no se incremente más que la inflación, el Gobierno va a tener que subsidiar estos aumentos y por lo tanto tendrá un impacto en las finanzas públicas del país.
“Aumentarán los gastos que tiene que hacer CFE, ya que aunque genera sus propios recursos no es un sostén de las finanzas públicas”, subrayó.
Otro impacto en las finanzas públicas es que menos empresas privadas invertirían en México, lo que frenaría la creación de nuevos empleos particularmente en el sector energético.
“La creación de menos empresas y empleos debilita las finanzas públicas porque no se pagarían nuevos impuestos”, indicó el experto.
De acuerdo con la CFE, de no aprobarse la reforma eléctrica, la CFE podría aportar solo el 30 por ciento de la energía para 2024.