El presidente Andrés Manuel López Obrador presumió a su homólogo de Estados Unidos, Joe Biden, las acciones para generar energías limpias que realizará en su administración, a través de la carta que le envió tras la visita de John Kerry, encargado del Clima, y la cual hizo pública durante su conferencia matutina de ayer.
En la misiva que mostró en la conferencia matutina, el jefe del Ejecutivo se comprometió a no extraer más de 2 millones de barriles diarios de petróleo crudo, lo cual significa que al finalizar el sexenio, México ya no lo exportará como se venía realizando en los últimos 40 años, “y toda la producción petrolera se destina al mercado interno”, aseveró.
Ante este panorama, especialistas coincidieron que si el país deja de exportar petróleo crudo, tendría un impacto en las finanzas públicas del país y de Petróleos Mexicanos (Pemex).
Miriam Grunstein, experta del sector energético, expresó que la suspensión de exportaciones de petróleo debilitaría aún más la situación presupuestal del país.
“En estos días en que el precio de petróleo está muy alto, es el peor momento para anunciar que México dejará de exportar el combustible en los siguientes años, porque actualmente a Pemex le convendría pelear por exportar”, enfatizó.
“Al dejar de exportar petróleo nos quedaríamos sin esos importantes ingresos fiscales”, indicó.
Adicionalmente, la investigadora y académica explicó que al venderse el crudo entre subsidiarias, Pemex podría establecer un precio bajo para comprar el petróleo, lo que generaría más pérdidas para las finanzas públicas.
Carlos López Jones, director de la consultora Tendencias, resaltó que en los proyectos quinquenales que publica la Secretaría de Hacienda y Crédito Público, no hay rastros o pistas que indiquen que Pemex dejará de exportar.
“Sería lógico pensar que se va a llegar a la meta de no exportar petróleo para 2024 si en los últimos años hubiéramos visto una disminución gradual en las exportaciones y un incremento en la refinación, pero no hemos visto ni lo uno, ni lo otro”, advirtió.
Panorama ‘verde’
En la misiva, fechada el 26 de octubre y en la que externó que México apoya el plan de EU para combatir el cambio climático, también aseguró que con la renovación de turbinas en 14 hidroeléctricas que tienen hasta 50 años de antigüedad y cuya inversión será de 10 mil millones de dólares, se aumentarán las energías renovables no contaminantes entre 31.5 y 35 por ciento.
“Actualmente nuestras hidroeléctricas generan 16 por ciento y las renovables de otras fuentes, tanto del sector público como privado, el 15.54 por ciento”, y destacó la construcción de la Refinería de Dos Bocas, Tabasco, y la renovación de seis más para “elaborar combustibles con estricto apego a las normas ecológicas establecidas”.
Además, resaltó que la construcción de un parque solar en Puerto Peñasco, Sonora, producirá mil megawatts, “y será el más grande de América Latina”.
Le reiteró que México implementa el programa Sembrando Vida, que es el plan más grande de reforestación al abarcar un millón de hectáreas.
Transición necesaria
Para Amy Glover, presidenta y socia fundadora de Agil(e), la agenda verde mostrada por AMLO será “un gran reto para México (en materia energética) en cuanto a competitividad en el contexto actual. Yo soy de la opinión que, ojalá más temprano que tarde lleguemos a la conclusión que la transición energética, es sí o sí”, indicó
Daniel Becker, presidente de la Asociación de Bancos de México (ABM) comentó que es importante fomentar la discusión de estos temas, como ocurrió con la reforma eléctrica. “Veo con buenos ojos que esta discusión en particular de la reforma eléctrica se haya pospuesto para el próximo año”, dijo.
Por su parte, Carlos Diaz de la Garza, CEO de Moody’s México coincidió que México tiene que pensar en los factores ambientale, pues “es privilegiado geográficamente, pero también tenemos huracanes, terremotos y temas ambientales que hay que cuidar, entonces; la transición hacia la generación de energía más limpia, renovable va a ocurrir en el mundo”, afirmó.