De frente a la alta demanda de activos virtuales y de stablecoins en el mundo, era necesario que los bancos centrales analizaran la emisión de su propia moneda digital.
En México, la decisión de lanzar una ayudará a impulsar la inclusión financiera y a satisfacer la demanda de servicios más sofisticados, aseguró Othon Moreno, director de política y mercados del Banco de México (Banxico).
Reconoció que se han limitado a la emisión de billetes físicos, pero que ahora hay tecnología y demanda para ofrecer las mismas funcionalidades de una unidad física en una versión digital.
Al emitir una moneda digital del Banco Central (CBDC por sus siglas en inglés), se busca abrir cuentas para personas bancarizadas o no bancarizadas, ampliar posibilidades de pago en la economía, que sean rápidas, seguras, eficientes e interoperables, y contar con un activo versátil que permita la implementación de diferentes funcionalidades como mecanismos de automatización, fomentando la innovación.
“El verdadero reto que tienen los bancos centrales es cómo podemos brindar los mismos servicios que está buscando este segmento de la población al momento de usar sus stablecoins y activos virtuales. Hay que proveerlo de una manera digital, pero centralizada para ser más eficiente, en el sentido computacional, administrativo, dar certeza legal y jurídica a estas unidades digitales entendidas como un pasivo del Banco Central”, explicó.
Othon Moreno detalló que dentro de su estrategia está fortalecer los servicios que actualmente se tienen, como el SPEI, y “sobre esta infraestructura se pueden ir montando los elementos adicionales para fortalecer y generar el mecanismo de monedas digitales”.
Instó a no confundir una con un activo criptográfico puro o virtual, ya que estos últimos son creaciones de valor digital que se emiten de forma privada y su único respaldo es la confianza de los usuarios en su misma red.
Actualmente, reiteró, no existe una entidad financiera que respalde los activos virtuales, por lo que, si se llegara a desaparecer el saldo de alguno, está lejos del alcance regulatorio, toda vez que “estos elementos son más parecidos a las mercancías digitales que a la actividad financiera propia”.
Abren fiscalización
Eloisa Cárdenas, especialista en criptoactivos, abundó en que esta es una industria con gran potencial en diversos sectores, pese a que se le ponen muchos “peros” a los stablecoins con la parte fiscal y tributaria. Aseguró que estos temas se pulirán sobre la marcha, pues aún es incipiente su adopción en el país.
Al respecto, José Antonio Quesada, exvicepresidente de Política Regulatoria de la Comisión Nacional Bancaria y de Valores (CNBV), dijo que “sí vamos a pagar impuestos por las criptomonedas. A partir de 2022 hay un reporte que se adjunta al reporte anual en el que se tienen que incluir su posición y utilidad en criptos”.
Manifestó que “en algún momento nos llegó a la Comisión que se empezara a revisar, aun y cuando no estuvieran regulados por un tema de lavado de dinero, todo tipo de operaciones. Lo que se decidió en ese primer momento es que el Servicio de Administración Tributaria (SAT) tenía más vínculo, para que en la apertura de estos negocios los contribuyentes que tengan estas operaciones las transparenten y, si no, entrarían los procedimientos del SAT”.