El consumo en México cayó en mayo, y los analistas avizoran que perderá dinamismo en los siguientes meses, lo que repercutirá en el dinamismo de la actividad económica.
Esto, ante las presiones inflacionarias, que impactan en el poder adquisitivo de la población, mayores tasas de interés, que encarecen el crédito, y las condiciones del mercado laboral, que no son propicias.
El Indicador de Consumo de Big Data de BBVA Research bajó 1.5 por ciento en mayo, a tasa mensual, tras el fuerte crecimiento que registró este indicador en abril, de 8.9 por ciento, impulsado por el periodo vacacional de Semana Santa.
De acuerdo con un reporte del grupo financiero, la pérdida de dinamismo del sector turístico junto con la caída del segmento de bienes sugieren que el rápido crecimiento del consumo privado reportado en los primeros meses del presente año fue transitorio y está asociado a mayores gastos durante las vacaciones.
La institución financiera calculó que el gasto en hoteles se contrajo 10 por ciento en mayo, con respecto al mes previo, mientras que el componente de restaurantes cayó 3.6 por ciento y las ventas de aerolíneas reportaron a su vez una caída de 9 por ciento, la primera desde principios de año.
Respecto a los componentes del segmento de bienes, el gasto en alimentos creció 4.1 por ciento, en tanto que el gasto destinado a bienes para el cuidado de la salud registró una variación mensual de 5.2 por ciento.
Por otro lado, el gasto en establecimientos físicos se contrajo 2.2 por ciento y el consumo en establecimientos online mostró debilidad con una variación mensual de 0.3 por ciento.
Entorno adverso para el gasto
El reporte de BBVA señala que los datos débiles de mayo apuntan a una desaceleración del consumo privado, ya que los hogares enfrentan la persistencia de precios más altos, en un contexto laboral más deteriorado, como lo reflejan los datos recientes del indicador de condiciones críticas de empleo del INEGI.
Por ello anticipan un menor dinamismo en el gasto, en medio de una alta inflación y una política monetaria restrictiva, con un efecto sobre el ingreso disponible y la capacidad de endeudamiento de los hogares.
“El principal tema de preocupación para el consumo es la inflación, que al final repercute en un menor poder adquisitivo para las personas o las familias; al mismo tiempo se está generando un escenario de mayores tasas de interés, pero no solamente en México sino a nivel mundial lo que traerá un menor crecimiento económico global y en definitiva la recuperación económica será más lenta”, indicó Carlos González, director de análisis económico de Monex.
“El consumo tendrá una trayectoria inercial, por un lado, favorecidos por las remesas que van principalmente al consumo, pero de manera indirecta sigue siendo la economía norteamericana la que nos sigue impulsando, por lo que hay pocos catalizadores que impulsen a un mayor crecimiento”, añadió.
Alejandro Saldaña, economista en jefe de Ve por Más, consideró que ante la elevada inflación, particularmente en alimentos y energía, gran parte de los ingresos de los hogares se gasta en este tipo de productos, limitando el poder adquisitivo y siendo una gran limitante para el consumo.
Agregó que a pesar de que el empleo va en aumento, “la recuperación laboral es incompleta en términos de la calidad, en su mayoría, se han agregado con remuneraciones de 1 hasta 2 salarios mínimos. Otro elemento, son la tasa de interés que restringen el gasto de las personas”.
“El consumo privado es el principal componente del gasto en el PIB por el lado de la demanda, si vemos que esté motor empieza a desacelerar seguramente afectará el dinamismo económico, y si se consume menos habrá una baja en la producción entonces podríamos ver una reducción de económica”, explicó Saldaña.
“En el escenario hay más condiciones adversas para pensar que podría tener un desempeño positivo. La presión inflacionaria, el alza en las tasas de interés, las condiciones no tan favorables en el empleo y la pérdida en la confianza del consumidor mermaría el consumo privado”, dijo por su parte James Salazar, subdirector de análisis económico de CIBanco.
“Hacia delante, podríamos presentar una pérdida de dinamismo en la económica y difícilmente registraríamos los mismo resultados que se obtuvieron el primer trimestre. Tenemos un pronóstico de 1.9 por ciento anual en el 2022, y gran parte de esta estimación, aunque sea baja, proviene por la expectativa del sector externo, por lo que el mercado interno pasa a un segundo término y no contribuirá a dinamizar la economía”, afirmó.