La inflación de Estados Unidos se aceleró a un nuevo máximo de 40 años en mayo, una señal de que las presiones de los precios se están afianzando en la economía. Eso probablemente empujará a la Reserva Federal (Fed) a extender una serie agresiva de aumentos de las tasas de interés y se sumará a los problemas políticos de la Casa Blanca y los demócratas.
El índice de precios al consumidor aumentó 8.6 por ciento respecto al año anterior en un avance de base amplia, según mostraron este viernes datos del Departamento de Trabajo. El indicador de inflación ampliamente seguido aumentó 1 por ciento respecto al mes anterior, superando todas las estimaciones. La vivienda, los alimentos y el gas fueron los mayores contribuyentes.
El llamado IPC subyacente, que excluye los componentes más volátiles de alimentos y energía, subió un 0.6 por ciento respecto al mes anterior y 6 por ciento respecto al año anterior, también por encima de las previsiones.
Las cifras acaban con cualquier esperanza de que la inflación ya haya alcanzado su punto máximo y esté comenzando a disminuir. Los precios récord de la gasolina, junto con los costos implacables de los alimentos y la vivienda, están agregando presión al costo de vida de los estadounidenses, lo que sugiere que la Fed tendrá que pisar los frenos de la economía aún más. Eso aumenta el riesgo de una recesión, que algunos economistas ya veían probable el próximo año.