Las políticas energéticas de México socavan la capacidad regional para combatir el cambio climático de manera efectiva y construir una economía norteamericana que funcione con energía limpia, responsable y asequible, aseguró un funcionario de la Oficina del Representante de Comercio de Estados Unidos (USTR, por sus siglas en inglés).
”Hemos expresado nuestra preocupación por las políticas energéticas nacionales de México en casi todas nuestras discusiones en los últimos dieciocho meses, incluyendo la más reciente en la reunión de la Comisión de Libre Comercio en Vancouver la semana pasada, donde se le planteó esto directamente a México”, dijo el funcionario quien habló en condición de anonimato.
Señaló que durante la conferencia de prensa al término de la segunda reunión de la comisión, la representante Katherine Tai habló a sus homólogas de la importancia de la aplicación de los acuerdos para impulsar la competitividad regional y elevar los estándares, lo que requiere que todos los países del T-MEC cumplan sus compromisos.
”Las acciones que queremos llevar a cabo representan un importante paso adelante y el seguimiento del alto nivel del T-MEC, asegurando que nuestra región pueda producir más energía limpia fiable para ayudar a nuestra gente en nuestro planeta”, comentó.
En el comunicado emitido este miércoles por la USTR, se enfatiza que las políticas de México han cortado en gran medida las inversiones estadounidenses y de otros países en la infraestructura de energía limpia, lo cual amenaza con el incumplimiento de los objetivos climáticos del Acuerdo de París.
”Los cambios de política de México amenazan con expulsar la innovación del sector privado del mercado energético mexicano. Para alcanzar nuestros objetivos económicos y de desarrollo regional compartidos y los objetivos climáticos, las cadenas de suministro actuales y futuras necesitan energía confiable y asequible”, se lee en el comunicado.
De igual manera, el funcionario del USTR aseguró que esperan que a través de estas consultas puedan ayudar a que las empresas estadounidenses compitan en igualdad de condiciones y asegurar que las políticas de México son coherentes con su compromiso del T-MEC.