Los funcionarios de la Reserva Federal subieron la tasa de interés en 75 puntos base por segundo mes consecutivo, en lo que representa el ajuste más agresivo en más de una generación para frenar la creciente inflación, pero arriesgándose a dar un fuerte golpe a la economía.
Criticados por haber estimado erróneamente el problema inflacionario y ser lentos en su respuesta, los funcionarios están ahora subiendo con fuerza la tasa para ‘enfriar’ la economía, aunque eso suponga el riesgo de llevarla a la recesión.
El aumento de las tasas ya está teniendo un impacto en la economía estadounidense. Los efectos son especialmente evidentes en el mercado inmobiliario, donde las ventas se han desacelerado.
Aunque los funcionarios de la Fed sostienen que pueden arreglárselas para conseguir un ‘aterrizaje suave” de la economía y evitar una fuerte desaceleración, varios analistas afirman que hará falta una recesión con un aumento del desempleo para frenar significativamente el alza de los precios.
El comité señaló este miércoles que “los indicadores recientes de gasto y producción se han suavizado”, pero también indicó que el crecimiento del empleo “ha sido robusto en los últimos meses, y la tasa de desempleo se ha mantenido baja”.
Este último aumento sitúa las tasas cerca de las estimaciones de neutral de los responsables de la política de la Fed, el nivel que ni acelera ni desacelera la economía. Los pronósticos a mediados de junio mostraron que los funcionarios esperaban subir las tasas hasta cerca de 3.4 por ciento este año y de 3.8 por ciento en 2023.
Los inversionistas ahora están atentos a ver si la Fed reduce el ritmo de los aumentos de tasas en su próxima reunión de septiembre, o si las fuertes alzas de precios presionan al banco central a continuar con alzas de gran magnitud.
Los operadores estimaban que un incremento de medio punto en la reunión del comité del 20 y 21 de septiembre era el resultado más probable. Consideran que las tasas alcanzarán un máximo de alrededor del 3.4 por ciento para fin de año, seguido de recortes en el segundo trimestre de 2023.
El índice de precios al consumidor de EU subió 9.1 por ciento en junio con respecto al año anterior, superando las previsiones y alcanzando un nuevo máximo de cuatro décadas. El aumento de los precios está erosionando los ingresos y sembrando el descontento con la economía, lo que supone un reto para el presidente Joe Biden y los congresistas demócratas de cara a las elecciones de mitad de período.